En los últimos años, el debate sobre la posibilidad de remisión de la diabetes tipo 2 (DT2) ha cobrado fuerza, impulsado por investigaciones que analizan el impacto de la restricción calórica y la pérdida de peso en el control glucémico. Sin embargo, los expertos en endocrinología advierten que tener niveles normales de glucosa y hemoglobina glucosilada no necesariamente significa que la enfermedad se haya revertido por completo.
El Dr. Luciano Giacaglia, PhD y coordinador del área de diabetes tipo 2 y prediabetes en la Sociedad Brasileña de Diabetes, señala que al momento del diagnóstico, alrededor del 50% de la función de las células beta del páncreas ya está comprometida, y muchas de estas células se destruyen por apoptosis, lo que impide su recuperación. “Es fundamental diferenciar entre un control temporal y una reversión real de la enfermedad”, enfatiza Giacaglia.
La noción de «remisión» es compleja y a menudo malinterpretada. Según Giacaglia, esta se define como la capacidad de mantener los niveles de glucosa en sangre por debajo del 6,5% sin el uso de medicamentos. Sin embargo, esto no significa que el paciente esté libre de complicaciones metabólicas, ya que la disfunción pancreática y la resistencia a la insulina siguen siendo desafíos constantes.
Aunque la progresión de la diabetes tipo 2 puede hacerse más lenta, la enfermedad no puede ser revertida completamente. Algunos medicamentos, como los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 (SGLT2) y los agonistas del receptor del péptido similar al glucagón tipo 1, pueden ayudar a retrasar su avance, pero no ofrecen una cura definitiva.
Evidencia clínica y desafíos
Un ensayo clínico en el Reino Unido, denominado DiRECT, mostró que una dieta muy baja en calorías durante cinco meses permitió a un 46% de los participantes en el grupo de intervención alcanzar una remisión, en comparación con sólo un 4% en el grupo control. Sin embargo, tras cinco años, solo el 26% de aquellos que habían alcanzado la remisión lo mantuvieron sin necesidad de medicación.
El Dr. Wellington Santana da Silva Júnior, MD, PhD, director del Departamento de Diabetes Mellitus de la Sociedad Brasileña de Endocrinología y Metabolismo, subraya el papel crucial de la pérdida de peso en el control glucémico. Los pacientes que habían perdido más de 15 kg mostraron una tasa de remisión del 86%, mientras que aquellos con una pérdida de entre 5 y 10 kg lograron sólo un 34%. No obstante, la mayoría de los pacientes enfrenta dificultades para mantener estos resultados a largo plazo.
Otro estudio realizado en China, que combinó la dapagliflozina, un inhibidor de SGLT2, con una restricción calórica, reportó una tasa de remisión del 44% en el grupo de tratamiento frente al 28% en el grupo placebo. Sin embargo, Giacaglia advierte que la fisiopatología de la diabetes tipo 2 varía entre diferentes poblaciones y que se debe tener cuidado al interpretar estos hallazgos.
El término «remisión» en cuestionamiento
A pesar de los avances en el tratamiento de la diabetes tipo 2, la remisión sigue siendo un objetivo difícil de alcanzar para muchos pacientes. La regeneración de las células beta pancreáticas en humanos no ha sido demostrada en estudios, lo que lleva a cuestionar la validez del término «remisión», que puede dar la falsa impresión de que la enfermedad ha sido curada.
El Dr. Giacaglia destaca la importancia de un diagnóstico temprano, especialmente en la fase de prediabetes, donde ya se puede observar una pérdida significativa de células beta. “Si queremos hablar de remisión, el momento ideal para intervenir es durante la prediabetes”, concluye.
A medida que la investigación avanza, queda claro que, aunque la pérdida de peso puede mejorar el control glucémico en muchos casos, la diabetes tipo 2 no es una enfermedad que se pueda curar fácilmente, y la gestión a largo plazo requiere un enfoque multidisciplinario y un compromiso constante por parte del paciente.