Desde los 7 años, esta mujer, conocida como Kasibba para proteger su identidad, originaria de Sierra Leona, fue recluida erróneamente, y pasó 25 de esos años en aislamiento. Kasibba no puede comunicarse verbalmente y no tiene familiares que puedan abogar por ella. Una psicóloga que ha estado involucrada en su caso compartió con la BBC la larga batalla de 9 años que ha llevado para lograr su liberación.
El Ministerio de Salud británico reconoció que es inaceptable que haya tantas personas con discapacidades todavía en hospitales psiquiátricos y expresó su esperanza de que una reforma en la legislación de salud evite futuras detenciones inapropiadas en estos centros.
Actualmente, más de 2.000 personas con autismo y problemas de aprendizaje están internadas en hospitales psiquiátricos en Inglaterra, incluidos alrededor de 200 niños. A pesar de que el gobierno ha solicitado su traslado a servicios comunitarios, ya que no padecen enfermedades mentales, los objetivos no se han cumplido.Después de que una investigación de la BBC en 2011 revelara abusos hacia personas con discapacidades en un hospital cerca de Bristol, el gobierno británico prometió tomar medidas. No obstante, el progreso ha sido limitado.
En un plan reciente del Servicio Nacional de Salud (NHS) para 2025-2026, se propuso reducir al menos un 10% la dependencia de la atención hospitalaria en salud mental para personas con autismo y problemas de aprendizaje, aunque la ONG Mencap expresó su escepticismo ante esta promesa.
Detalles de la historia
La Dra. Patsie Staite se enteró de la situación de Kasibba en 2013 cuando revisó su caso. Quedó sorprendida al descubrir que su encierro era legal y que a menudo pasaba más de 23 horas al día en aislamiento.
Staite señaló que, a pesar de que el personal la consideraba «peligrosa», solo había un incidente de violencia en su historial, ocurrido cuando era adolescente. «Nunca había visto a nadie en la situación en que ella estaba. Y me impactó mucho que todo esto fuera legal», le dijo Staite a la BBC.
Tras un exhaustivo trabajo, Staite presentó un informe al consejo local de Camden, concluyendo que Kasibba no tenía una enfermedad mental y podía vivir en la comunidad. En 2016, se formó un equipo que buscaba liberarla. Lucy Dunstan, defensora independiente de Kasibba, pasó seis años trabajando para demostrar que era seguro su regreso a la comunidad. Cuando finalmente se le informó que podía salir, Dunstan se sintió aliviada y orgullosa de Kasibba.
Hoy, Kasibba vive en la comunidad con el apoyo de trabajadores sociales, quienes han encontrado formas de comunicarse con ella. Su cuidador afirma que disfruta de la moda, está orgullosa de su herencia y tiene un buen sentido del humor.
Una nueva ley de Salud Mental que está en proceso de aprobación en el parlamento británico busca garantizar que las personas con autismo o discapacidades cognitivas sin enfermedades mentales no sean retenidas en hospitales psiquiátricos. Sin embargo, el gobierno ha indicado que no implementará cambios hasta asegurar que haya suficiente apoyo comunitario disponible.
Jess McGregor, responsable de salud en Camden, lamentó que Kasibba haya pasado la mayor parte de su vida en el hospital y pidió disculpas por lo sucedido. El fideicomiso de salud mental del NHS defendió su atención, aunque reconoció que ha trabajado para mejorar el apoyo comunitario y cerró exitosamente el servicio en 2023.