Manejo adecuado de alimentos en casos de huracanes o emergencias

El huracán Beryl que ascendió a categoría 5 es considerado como una emergencia potencialmente catastrófica que puede afectar seriamente la salud pública, especialmente en Centroamérica y el Caribe. 

En situaciones de emergencia como huracanes, el manejo adecuado de los alimentos es crucial para asegurar prevenir enfermedades transmitidas por alimentos. Sobre el tema, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece directrices para garantizar que los alimentos sean seguros y nutritivos incluso en condiciones adversas.

Revisión y selección de alimentos

Es fundamental inspeccionar minuciosamente todos los alimentos recibidos durante una emergencia. Se deben identificar y eliminar aquellos que estén dañados, deteriorados o contaminados. 

Los envases o sacos de granos deben estar en condiciones óptimas, sin signos de humedad o daños estructurales. 

Las latas de alimentos que estén abombadas, rotas u oxidadas deben ser descartadas de inmediato. Además, es crucial rechazar cualquier producto cuya fecha de vencimiento haya caducado.

Seguridad en el transporte y almacenamiento

La OMS sugiere que los vehículos utilizados para transportar alimentos deben estar limpios y no haber sido utilizados previamente para transportar sustancias nocivas o contaminantes. 

Por otro lado, los almacenes deben contar con buena ventilación y luz adecuada para asegurar condiciones sanitarias óptimas. Los alimentos deben ser almacenados sobre tarimas que permitan la circulación de aire, asegurando así que se mantengan frescos y seguros para el consumo.

Alimentación de los damnificados

Durante una emergencia, es crucial asegurar una alimentación adecuada para todos los afectados. 

La OMS recomienda proporcionar a los grupos poblacionales en alto riesgo nutricional una reserva inicial de 3 a 4 kg de alimentos por persona para una semana. Este suministro inicial debe proveer suficiente energía, aunque no necesariamente una dieta completamente balanceada, para garantizar la supervivencia y el bienestar durante la etapa inicial de la emergencia.

Para prevenir la deterioración severa del estado nutricional y la hambruna en un corto plazo, se recomienda proporcionar aproximadamente 1700 Kcal por día a cada individuo. Esta cantidad mínima de energía es importante para mantener la salud y el estado nutricional mientras se restablecen las condiciones normales.

El manejo adecuado de alimentos en situaciones de emergencia como huracanes no solo garantiza la seguridad alimentaria, sino que también juega un papel crucial en la protección de la salud pública.

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