Un caso clínico recientemente publicado ha llamado la atención de la comunidad médica internacional: una mujer de 37 años desarrolló, a lo largo de 12 años, tres enfermedades neurológicas autoinmunes diferentes, confirmadas por estudios de anticuerpos.
Se trata de una rara presentación de miastenia gravis (MG), neuromielitis óptica (NMO) y encefalitis anti-NMDAR, tres trastornos complejos que, aunque cada uno puede presentarse por separado, rara vez coexisten en un mismo individuo.
El caso, que ha sido documentado junto con una revisión de la literatura médica, pone en evidencia la importancia de una evaluación clínica integral y constante ante síntomas neurológicos progresivos o atípicos.
Una historia de evolución clínica inusual
La paciente fue diagnosticada inicialmente con miastenia gravis, un trastorno caracterizado por debilidad muscular, hace una década. Sin embargo, diez años después, presentó pérdida repentina de la visión central en su ojo derecho.
La resonancia magnética reveló inflamación en el nervio óptico, y estudios posteriores mostraron signos de desmielinización en la médula espinal. Estas señales orientaron a los médicos hacia una nueva sospecha diagnóstica: neuromielitis óptica. La prueba de anticuerpos NMO confirmó la presencia de este segundo trastorno autoinmune.
A los 12 años del inicio de su enfermedad, la paciente mostró un nuevo cuadro clínico, cambios conductuales severos, mutismo, desconexión del entorno y negativa a seguir órdenes.
Tras una evaluación neurológica detallada y exámenes de laboratorio, se detectaron anticuerpos contra los receptores de N-metil-D-aspartato (NMDAR), lo que confirmó el tercer diagnóstico: encefalitis anti-NMDAR, una enfermedad autoinmune que afecta el cerebro y suele manifestarse con alteraciones psiquiátricas, motoras y cognitivas.
Tratamiento y recuperación
La paciente fue tratada con plasmaféresis, una terapia de reemplazo plasmático que elimina los anticuerpos dañinos del cuerpo. El tratamiento resultó en una notable mejoría de sus síntomas neurológicos, especialmente los relacionados con la encefalopatía.
Los autores concluyen que, si bien estas presentaciones son inusuales, su detección oportuna mediante un enfoque multidisciplinario puede marcar la diferencia en la evolución clínica de los pacientes.
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