Nuevo hallazgo sobre el acetaminofén: bloquea el dolor desde los nervios, antes de llegar al cerebro

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Un dato médico curioso sobre el acetaminofén es que, tras ser metabolizado, genera una sustancia llamada AM404 que también activa receptores cannabinoides en el cuerpo, similares a los que responde el cannabis, contribuyendo así a su efecto analgésico.

El acetaminofén, también conocido como paracetamol (y comercialmente como Tylenol® o Panadol®), es uno de los analgésicos más utilizados en el mundo. Durante años, se pensó que su mecanismo de acción se centraba exclusivamente en el cerebro y la médula espinal. Sin embargo, un estudio reciente de la Universidad Hebrea de Jerusalén ha revelado una vía inesperada por la cual este fármaco combate el dolor: actuando directamente sobre los nervios periféricos antes de que la señal dolorosa llegue al sistema nervioso central. Esta revelación podría revolucionar el desarrollo de nuevos tratamientos más eficaces y seguros para el dolor.

Un nuevo actor: el metabolito AM404

El hallazgo clave se centra en una sustancia llamada AM404, un metabolito que el cuerpo produce después de ingerir acetaminofén. Este compuesto se forma específicamente en las terminaciones nerviosas responsables de detectar el dolor, conocidas como neuronas sensoriales nociceptivas.

Hasta ahora se sabía que AM404 tenía ciertos efectos analgésicos, pero no se comprendía del todo su función directa en los nervios. Los investigadores liderados por los profesores Alexander Binshtok y Avi Priel demostraron que AM404 es capaz de inhibir los canales de sodio específicos en estas neuronas. Estos canales son esenciales para la transmisión de las señales dolorosas. Al bloquearlos, el AM404 actúa como un «interruptor» que impide que el mensaje de dolor se propague hacia el cerebro.

Un cambio en el paradigma del alivio del dolor

Este descubrimiento modifica profundamente la comprensión de cómo funciona el acetaminofén. Hasta ahora se asumía que su acción era principalmente central, es decir, que intervenía en la modulación del dolor en el cerebro. El hecho de que también actúe en la periferia sugiere que su eficacia podría ser mayor de lo que se pensaba y que su aplicación podría extenderse a nuevos contextos clínicos.

Más aún, este nuevo conocimiento podría abrir la puerta al desarrollo de fármacos más dirigidos, que actúen específicamente sobre los nervios involucrados en el dolor, sin afectar otros tejidos o funciones neurológicas.

Ventajas potenciales de un tratamiento más preciso

Los anestésicos locales tradicionales bloquean todos los impulsos nerviosos en una zona determinada, lo que puede causar efectos adversos como adormecimiento, pérdida de fuerza muscular o problemas de movilidad. En cambio, un tratamiento basado en AM404 podría ofrecer un alivio selectivo del dolor sin interferir con otras funciones nerviosas.

Esto tendría implicaciones importantes para pacientes con dolor crónico, enfermedades inflamatorias o que requieren analgesia localizada sin deteriorar su capacidad funcional. Además, podría evitar el uso de opioides en ciertos casos, reduciendo los riesgos de dependencia y efectos secundarios.

Perspectivas futuras: nuevos analgésicos en camino

Este hallazgo, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences USA (PNAS), representa un paso clave hacia una nueva generación de analgésicos. Con más investigación, podrían desarrollarse compuestos derivados o inspirados en el AM404, que actúen de manera específica sobre los canales de sodio implicados en la sensación dolorosa.

Además, esta estrategia podría ser aplicable no solo al dolor agudo, sino también al dolor neuropático, una condición compleja que suele ser resistente a los analgésicos convencionales. El enfoque de actuar sobre la periferia del sistema nervioso ofrece una línea de investigación prometedora para futuras terapias individualizadas.

Un viejo conocido que sorprende

El acetaminofén, uno de los medicamentos más comunes y seguros del botiquín familiar, sigue revelando secretos sobre su mecanismo de acción. El descubrimiento de que su metabolito AM404 puede bloquear el dolor directamente en los nervios cambia las reglas del juego. No solo se profundiza la comprensión de un fármaco ya conocido, sino que también se abre un horizonte terapéutico nuevo, con posibilidades de tratamientos más eficaces y con menos efectos secundarios. Esta es una muestra más de cómo la ciencia básica puede transformar la práctica clínica y ofrecer esperanza a millones de personas que viven con dolor.

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