La resistencia a los antibióticos es una crisis mundial que amenaza los avances de la medicina moderna. Según la OMS, esta resistencia causa directamente 1,27 millones de muertes y está relacionada con 4,95 millones de fallecimientos en todo el mundo. Ante este desafío, científicos buscan nuevos compuestos antimicrobianos en hábitats inexplorados, como las profundidades del océano Ártico, con el objetivo de desarrollar fármacos que reduzcan la virulencia de las bacterias sin matarlas, minimizando así el riesgo de resistencia.
Un reciente estudio publicado en Frontiers in Microbiology presenta avances prometedores en esta línea de investigación. Científicos finlandeses y noruegos han identificado dos nuevos compuestos antibacterianos en actinobacterias marinas del Ártico. Estos compuestos, procedentes de especies desconocidas de los géneros Rhodococcus y Kocuria, fueron aislados de invertebrados marinos cerca de las costas de Svalbard durante una expedición en 2020.
La innovación radica en el enfoque: en lugar de eliminar las bacterias, los compuestos hallados inhiben su capacidad para causar enfermedades. Este mecanismo, conocido como antivirulencia, se presenta como una solución con menor riesgo de generar resistencias, ya que no ejerce presión selectiva sobre las bacterias. Además, podría reducir efectos secundarios en comparación con los antibióticos convencionales.
Päivi Tammela, autora principal del estudio y profesora de la Universidad de Helsinki, explicó que los compuestos se probaron in vitro contra Escherichia coli enteropatógena (EPEC), una bacteria que causa diarrea grave en niños pequeños, especialmente en países en desarrollo.
Los resultados iniciales son prometedores, pero los compuestos aún deben ser investigados en profundidad,“todavía estamos en una fase muy temprana del descubrimiento y los compuestos necesitan ser estudiados más a fondo para comprender su valor real y su potencial importancia terapéutica”, mencionó Tammela.
A pesar de que estos hallazgos representan solo los primeros pasos en el proceso de desarrollo de nuevos antibióticos, el descubrimiento resalta la importancia de explorar hábitats poco estudiados, como los océanos, para enfrentar la crisis de resistencia a los antimicrobianos. El éxito en esta área podría marcar un cambio significativo en la lucha contra las infecciones bacterianas.