El café es uno de los productos más consumidos en el mundo, pero ¿sabías que sus cáscaras pueden convertirse en un aliado para enfermedades dolorosas como la artrosis? Un grupo de científicos del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL), en España, ha logrado transformar la pulpa deshidratada de las cáscaras del café en polvos solubles con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Un avance que no solo promete beneficios para la salud, sino que también representa un paso importante hacia la sostenibilidad.
“El estudio demuestra la validez de un método muy extendido en la industria alimentaria para preparar un producto con potenciales beneficios para la salud, ya que porta polifenoles antioxidantes y antiinflamatorios. El proceso que proponemos tiene un impacto ambiental menor que la liofilización, comúnmente utilizado para la obtención de polvos, y es menos costoso, por lo que se puede instrumentar de una manera más fácil en países productores de café”, aclara la investigadora del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (UAM-CSIC) Dolores del Castillo.
¿Qué son los polvos solubles y por qué son importantes los polifenoles que lo componen?
Los polvos solubles obtenidos a partir de la pulpa del café están diseñados para ofrecer beneficios funcionales al cuerpo. Contienen compuestos llamados polifenoles, conocidos por su capacidad para combatir el estrés oxidativo y reducir la inflamación, factores que contribuyen al desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
La clave de este avance está en el proceso de fabricación. Los investigadores utilizaron un método llamado secado por aspersión, que es más respetuoso con el medio ambiente y menos costoso que la liofilización, una técnica común para crear polvos. Esto hace que el producto sea más accesible y fácil de producir, especialmente en países productores de café como los de América Latina.
¿Cómo se pueden usar los polvos solubles antiinflamatorios obtenidos del café?
Estos polvos solubles pueden usarse como ingrediente en comidas y bebidas instantáneas y hasta como suplemento alimenticio. Su sabor, con notas frutales y herbáceas, es diferente al de las bebidas de café elaboradas a partir de granos tostados. “La harina que se puede fabricar con este producto podría usarse, por ejemplo, en la elaboración de panes libres de gluten para celíacos”, indica del Castillo.
Un dato interesante es que estos polvos son bajos en cafeína, por lo que son ideales para personas sensibles a este compuesto o con metabolismo lento.
Un paso hacia la sostenibilidad
Este proyecto es un ejemplo perfecto de economía circular. Durante años, las cáscaras del café han sido consideradas un residuo sin valor. Sin embargo, los científicos del CIAL han trabajado durante 14 años para darles una «segunda vida». Este esfuerzo no solo reduce la contaminación, sino que también promueve la agricultura sostenible y el desarrollo de productos con impacto positivo en la salud.
Además, el uso de las cáscaras de café como alimento ya cuenta con el respaldo de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que en 2021 y 2022 aprobó su consumo seguro en forma de infusiones y productos desecados. Esto abre las puertas para que el mercado europeo y global integre estos productos de manera más amplia.
La cereza del café: sostenible y funcional tanto médica como ambientalmente
Los polvos solubles propuestos por este grupo del CIAL son el resultado de 14 años de trabajo dedicados a la búsqueda de diferentes modos de darle una segunda vida a los residuos del café, no sólo con el objetivo de reducir la contaminación, sino también con el propósito de mejorar la salud y promover la agricultura sostenible. “El objetivo final de esta investigación es contribuir a la sostenibilidad de la industria del café y comprender mejor el potencial promotor de la salud de los nuevos alimentos recientemente autorizados, como la pulpa seca de cereza de café madura, que pueden reducir potencialmente el riesgo de enfermedades crónicas globales”, destacan en este artículo.
Según los investigadores, el 90% de la cereza del café se desecha antes de llegar a la taza del desayuno cada mañana. “Por eso, la búsqueda de nuevas aplicaciones para estos desechos es de gran importancia para combatir el hambre, aumentar los ingresos y mejorar la seguridad alimentaria en los países más pobres”, concluyen.