Inyectables de acción prolongada: Una alternativa que transforma el tratamiento de la esquizofrenia

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Dra. Ileana Fumero, psiquiatra. Foto suministrada a PHL.

Diagnóstico temprano y perfiles de pacientes

La esquizofrenia es un trastorno del neurodesarrollo que suele manifestarse en la adolescencia tardía o adultez temprana, principalmente entre los 18 y 25 años, con un primer episodio psicótico agudo que en muchas ocasiones requiere hospitalización. No obstante, la enfermedad puede diagnosticarse antes o después, y no siempre está precedida por un episodio psicótico.

La Dra. Ileana Fumero, psiquiatra, explica que la esquizofrenia se caracteriza por un conjunto de síntomas:

  • Positivos, como alucinaciones y distorsiones de la realidad.
  • Negativos, asociados al aislamiento, la falta de iniciativa y la dificultad para integrarse en actividades.
  • Cognitivos, relacionados con problemas de atención, concentración y memoria.

Detectar la condición de manera temprana es clave, ya que los primeros cinco años resultan determinantes para el pronóstico. “Cuando se logra control temprano de los síntomas y adherencia al tratamiento, se reduce el riesgo de deterioro y cronicidad en el futuro”, afirma la especialista.

En este contexto, la paliperidona, particularmente en sus presentaciones inyectables de acción prolongada, se considera una alternativa útil para pacientes con baja adherencia a la medicación oral.

Beneficios de la acción prolongada

Uno de los principales retos en el tratamiento de la esquizofrenia es la falta de adherencia. Muchos pacientes interrumpen su medicación por negación de la enfermedad, efectos secundarios o simplemente porque se sienten mejor.

Frente a este escenario, las formulaciones de paliperidona de larga duración han cobrado protagonismo. Disponibles en aplicaciones mensuales, trimestrales e incluso semestrales, permiten mantener niveles plasmáticos estables y reducen el riesgo de recaídas y hospitalizaciones.

“Cuando aseguramos estabilidad en los niveles de la medicación, obtenemos un control más consistente de los síntomas positivos, negativos y cognitivos, lo que favorece la funcionalidad del paciente y su reintegración a la vida familiar, comunitaria, académica o laboral”, destaca la Dra. Fumero.

Perspectiva integral y humana

El impacto de la esquizofrenia no recae únicamente en el paciente, sino también en su familia. La carga emocional de acompañar a alguien con esta condición puede ser significativa, sobre todo cuando se trata de velar diariamente por la toma del tratamiento.

En este sentido, las presentaciones inyectables reducen la presión sobre el núcleo familiar al eliminar la necesidad de supervisión diaria. “La paliperidona de acción prolongada no solo mejora la adherencia, también disminuye la carga del cuidador y favorece la calidad de vida de todo el entorno del paciente”, explica la especialista.

La educación y el acompañamiento familiar también resultan esenciales para garantizar la continuidad del tratamiento. Involucrar al entorno cercano fomenta mayor aceptación de las alternativas inyectables y promueve una visión más integral del manejo de la enfermedad.

Mirando al futuro

La Dra. Fumero subraya que la esquizofrenia debe abordarse bajo un modelo integral que combine farmacoterapia, intervenciones psicosociales y apoyo comunitario. En este esquema, las formulaciones de acción prolongada ocupan un rol estratégico, especialmente en fases tempranas de la enfermedad.

“La investigación sigue avanzando con moléculas y mecanismos de acción que permiten individualizar el tratamiento. El objetivo siempre será mejorar la funcionalidad del paciente, mitigar la carga familiar y favorecer su integración a la sociedad”, concluye.

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