¿Te has quedado alguna vez con una palabra en la punta de la lengua o no recuerdas a qué fuiste a la cocina? ¡Tranquilo! No estás solo, y, según el neuropsicólogo Saúl Martínez-Horta, estos olvidos no solo son normales, sino también necesarios. En una entrevista con Infosalus, este experto, doctor en Medicina y especialista en neuropsicología clínica en el Hospital Sant Pau de Barcelona, desmonta mitos sobre la memoria y los olvidos cotidianos, explicando por qué son una parte esencial de cómo funciona nuestro cerebro.

Dr. Saúl Martínez-Horta, neuropsicólogo. Crédito: Centro de Diagnóstico e Intervención Neurocognitiva – Neurología Instituto Universitario.
Martínez-Horta, autor del libro ¿Dónde están las llaves?, asegura que el cerebro no está diseñado para retener toda la información. “El fenómeno del olvido es un proceso natural. Los procesos cognitivos no están evolutivamente diseñados para que retengamos todo. Olvidar es algo normal y necesario”, recalca.
Sin embargo, advierte que no todos los olvidos son iguales. Cuando los fallos de memoria dejan de ser puntuales y empiezan a ser persistentes, incluso interfiriendo en nuestra vida diaria, es momento de buscar ayuda profesional. Según este especialista, las enfermedades neurológicas afectan a unos 23 millones de personas en España, y aunque la mayoría de los olvidos no son un signo de enfermedad, algunos podrían ser indicativos de problemas más serios.
¿Por qué olvidamos?
El olvido cotidiano, explica Martínez-Horta, es muchas veces una cuestión de atención. “Para que algo se olvide antes, lo tienes que haber aprendido. Muchas veces no prestamos suficiente atención a determinados sucesos o eventos, de modo que estos no terminan convirtiéndose en un recuerdo”, señala. Así, la sensación de haber olvidado algo puede deberse simplemente a que nunca lo aprendimos bien desde el principio.
Además, cuando recordamos, nuestro cerebro reconstruye la información, pero no como una fotografía perfecta. “El cerebro no experimenta el mundo externo tal y como es, sino que lo reconstruye. Ni almacena recuerdos como una imagen fija, sino como un código neuronal que se recompone al recordar”, detalla el neuropsicólogo.
Por otro lado, los recuerdos están influenciados por nuestras emociones. Las experiencias cargadas emocionalmente suelen grabarse con más fuerza. Por ejemplo, todos recordamos con precisión qué estábamos haciendo durante eventos impactantes como los atentados de Madrid o del 11 de septiembre, porque las emociones intensas refuerzan el almacenamiento de información.
¿Cuándo preocuparse por los olvidos?
Entonces, ¿cómo saber si un olvido es normal o si podría ser síntoma de algo más serio? Según Martínez-Horta, los olvidos que deben preocuparnos son los que persisten en el tiempo, empeoran progresivamente o afectan nuestra relación con el mundo.
En estos casos, recomienda acudir a un especialista. Aunque muchos achacan los cambios cognitivos al envejecimiento, este neuropsicólogo insiste en que no debemos normalizar ciertos síntomas solo por la edad. “Es común que se diga que un padre está más lento o menos atento porque ya es mayor, pero esto puede enmascarar problemas que deberían ser evaluados”, explica.
Martínez-Horta sugiere realizar exploraciones neuropsicológicas en estos casos para determinar si se trata de un cambio normal o de un problema que puede trabajarse o tratarse.
Una memoria saludable es evidente y lo contrario también
El neuropsicólogo concluye con un mensaje tranquilizador: olvidar no siempre es malo. De hecho, es una parte natural de la vida y, en ocasiones, incluso una señal de que nuestra memoria y atención funcionan correctamente. Sin embargo, ante cambios cognitivos preocupantes, su recomendación es clara: no tener miedo, pero sí evaluar. “Cuando una persona detecta que algo está cambiando, es importante discriminar si es o no un problema. En muchas ocasiones, puede ser algo tratable”, concluye.
Así que la próxima vez que te olvides de algo, recuerda: olvidar es humano, pero cuidar de tu salud mental y cognitiva es clave.