El expresidente uruguayo José «Pepe» Mujica ha fallecido a sus 89 años. Mujica, una de las figuras más emblemáticas de la política latinoamericana, anunció en enero de este año que su cáncer se había extendido, colonizando su hígado, y que había decidido no continuar con los tratamientos médicos. “Sinceramente me estoy muriendo, y el guerrero tiene derecho a su descanso”, expresó entonces, con la franqueza y serenidad que lo han caracterizado a lo largo de su vida pública.
El exmandatario reveló en abril de 2024 que le fue diagnosticado un cáncer de esófago. En ese momento, fue sometido a sesiones de radioterapia, ya que por su edad avanzada y por padecer enfermedades inmunológicas y una insuficiencia renal crónica, los médicos descartaron tratamientos más agresivos como la quimioterapia o una cirugía.
Inicialmente, la radioterapia mostró resultados alentadores: el avance del tumor fue contenido y la enfermedad pareció entrar en remisión. Sin embargo, las secuelas del tratamiento, como una severa fibrosis, afectaron gravemente su capacidad para alimentarse.
En septiembre fue internado en el sanatorio Casmu, donde se le colocó un stent en el esófago y se le practicó una gastrostomía para permitirle recibir alimentos. A pesar de estos esfuerzos médicos, su estado de salud continuó deteriorándose.
“Me quiero despedir de mis compañeros y de mis compatriotas, lo que pido es que me dejen tranquilo”, dijo Mujica en su último mensaje público, en el que también expresó su decisión de no prolongar su tratamiento, apostando por una muerte digna y en paz. Mientras el país lo acompaña con respeto y cariño.
Cáncer de esófago: lo que debe saber
El cáncer de esófago es una enfermedad en la que se produce un crecimiento anormal de células en el esófago, el tubo muscular que conecta la garganta con el estómago y transporta los alimentos ingeridos.
Este tipo de cáncer suele originarse en el revestimiento interno del esófago, aunque puede aparecer en cualquier parte del conducto. Afecta con mayor frecuencia a los hombres, y el consumo de alcohol y el tabaquismo se consideran factores que aumentan el riesgo de desarrollarlo.
El tratamiento comúnmente incluye cirugía para eliminar el tumor, aunque también se pueden utilizar quimioterapia, radioterapia o ambas de manera conjunta. Además, en ciertos casos se recurre a terapias dirigidas o inmunoterapia.
Asimismo, existen ciertas condiciones y hábitos que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar cáncer de esófago, especialmente aquellos que generan irritación en este conducto. Entre los principales factores de riesgo se encuentran:
- Consumir frecuentemente bebidas extremadamente calientes
- Reflujo biliar
- Acalasia, una afección que impide que un músculo del esófago se relaje, dificultando la deglución
- Consumo de bebidas alcohólicas
- Enfermedad por reflujo gastroesofágico
- Dietas pobres en frutas y verduras
- Exceso de peso u obesidad
- Esófago de Barrett, una condición que provoca alteraciones precancerosas en las células del esófago
- Haber recibido radioterapia en el tórax o la parte superior del abdomen
- Tabaquismo
También, a medida que el cáncer de esófago avanza, pueden surgir diversas complicaciones que afectan seriamente la calidad de vida del paciente. Una de las más comunes es el bloqueo del esófago, causado por el crecimiento del tumor, lo que dificulta el paso de alimentos y líquidos.
Otra complicación frecuente es la hemorragia esofágica, que puede manifestarse como un sangrado leve y progresivo o, en algunos casos, de forma repentina e intensa. Además, en etapas avanzadas de la enfermedad, es común que el paciente experimente dolor significativo, lo cual requiere manejo paliativo para mejorar el bienestar general.