¿Por qué algunas personas propagan más infecciones que otras? El aerosol bucal podría tener la respuesta

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Cada vez que hablamos, tosemos o respiramos, emitimos diminutas gotas cargadas de microorganismos.

Según estudio publicado en Physical Review Fluids, las diferencias individuales en nuestro aerosol bucal podrían ayudar a explicar por qué algunas personas contagian más enfermedades infecciosas que otras.

Un equipo de científicos en Francia estudió a 23 voluntarios para medir qué tan lejos y con qué velocidad se dispersan las gotas de saliva al hablar, toser o respirar. Para ello, utilizaron una técnica de medición avanzada llamada ILIDS (técnica de imágenes láser interferométricas), que permite capturar en alta velocidad el tamaño y velocidad de las gotitas exhaladas al pasar por un haz de luz láser.

Los resultados mostraron que hablar y toser generaban gotas de saliva de entre 2 y 60 micrómetros, mientras que al respirar normalmente, las gotas eran más pequeñas, entre 2 y 8 μm. Como era de esperarse, la tos expulsó gotas a mayor velocidad y en mayor concentración, pero lo más relevante fue la alta variabilidad de resultados: no sólo entre distintas personas, sino incluso en una misma persona al repetir la prueba en diferentes momentos.

Este hallazgo refuerza la hipótesis de que existen los llamados “superpropagadores”, individuos que, por sus características biológicas o fisiológicas, tienden a emitir una mayor cantidad de partículas infecciosas, aumentando el riesgo de transmisión.

Cabe resaltar que, el uso de mascarillas quirúrgicas o de papel también fue evaluado, y los investigadores comprobaron que estas lograban bloquear entre el 74 % y el 86 % de las gotitas, dependiendo del tipo de exhalación, lo que demuestra su eficacia como barrera de prevención.

Pese a estos avances, los científicos señalan que todavía falta una caracterización completa y estandarizada del tamaño y comportamiento de las gotitas exhaladas, ya que los estudios previos han producido resultados muy dispares.

Finalmente, el equipo investigador planea ampliar la muestra de voluntarios para observar cómo factores como la anatomía facial o el ajuste de la mascarilla influyen en la dispersión de las gotitas. “Tomar las mediciones en una muestra más amplia de voluntarios permitiría evaluar la variabilidad entre ellos, que incluye tanto la relacionada con la emisión como con la distinta forma del rostro y, por tanto, con la diferente adherencia a las mascarillas protectoras”, explican en el artículo.

Este estudio aporta datos clave para seguir entendiendo cómo se propagan las enfermedades respiratorias y cómo se pueden desarrollar estrategias más efectivas para reducir el riesgo de transmisión.

Nota original: AQUÍ

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