Un nuevo estudio sugiere que la composición del microbioma intestinal podría ser un indicador clave en la predicción de la gravedad de la esclerosis múltiple (EM), un trastorno neurológico crónico que afecta a alrededor de 2.9 millones de personas en todo el mundo. La EM se caracteriza por un ataque del sistema inmunológico al sistema nervioso central, lo que provoca una variedad de síntomas que pueden empeorar con el tiempo.
El Dr. Ashutosh K. Mangalam, profesor asociado de patología en el Carver College of Medicine de la Universidad de Iowa y autor principal del estudio publicado en la revista PNAS, explica que «existen varios factores ambientales que podrían contribuir a la EM, incluyendo infecciones virales, exposición a la luz solar (y vitamina D), y las bacterias en nuestro intestino, que han ganado mucha atención en los últimos años».
En su investigación, Mangalam y su equipo analizaron los microbiomas intestinales de 45 personas con EM y encontraron que un tipo de bacteria llamada Blautia estaba presente en mayor cantidad en estos pacientes. «El hallazgo de que Blautia es más común en pacientes con esclerosis múltiple (EM), mientras que Prevotella se encuentra en cantidades más bajas, es significativo porque sugiere que poblaciones bacterianas específicas pueden estar relacionadas con la enfermedad», destacó el Dr. Mangalam.
Los investigadores también llevaron a cabo experimentos en un modelo de ratón y observaron que aquellos que recibieron Blautia desarrollaron más inflamación intestinal y síntomas más severos similares a los de la EM.
«El hallazgo de que los ratones a los que se les administró Blautia tenían niveles bajos de Bifidobacterium y niveles altos de Akkermansia, lo cual también observamos en pacientes con EM, es significativo porque proporciona más información sobre cómo el microbioma intestinal puede contribuir a la EM y la inflamación», añadió Mangalam.
El estudio sugiere que un desequilibrio entre las bacterias Bifidobacterium y Akkermansia podría ser un marcador potencial para la gravedad de la EM. Sin embargo, el Dr. Mangalam advierte que, aunque los probióticos son a menudo considerados beneficiosos para la salud intestinal, «debemos ser cautelosos al asumir que pueden ayudar a controlar los síntomas de la EM o retrasar la progresión de la enfermedad».
La neuróloga Barbara Giesser, especialista en EM, también comentó sobre el estudio: «Este estudio amplía el trabajo previo que destaca la importancia del microbioma intestinal en personas con EM. Este estudio sugiere que el tipo de bacterias y las proporciones de diferentes bacterias entre sí en el intestino pueden servir como marcadores de la gravedad de la enfermedad».Los hallazgos de esta investigación abren nuevas vías para comprender cómo el microbioma intestinal puede influir en la esclerosis múltiple, aunque se necesita más investigación en humanos para confirmar estos resultados y explorar su potencial aplicación en el tratamiento de la enfermedad.