La alopecia areata es una enfermedad autoinmunitaria que provoca la caída del cabello cuando el sistema inmunitario ataca por error los folículos pilosos, las estructuras que producen el pelo.
Esta condición puede afectar cualquier área del cuerpo, aunque es más común en el cuero cabelludo y la cara, según los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés).
En muchos casos, el pelo se pierde en parches pequeños, generalmente redondos, pero la extensión de la pérdida puede variar. Algunas personas experimentan una caída más extensa, mientras que otras pueden recuperar su cabello con el tiempo.
¿A quién le puede afectar?
La alopecia areata puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, género o etnia. Sin embargo, tiende a desarrollarse mayormente entre la adolescencia y los 40 años. Si bien los antecedentes familiares pueden aumentar el riesgo de padecerla, no siempre están presentes en los casos de esta enfermedad.
Las personas con otras afecciones autoinmunes, como psoriasis o alergias como la fiebre del heno, tienen mayor probabilidad de desarrollar alopecia areata.
Tipos de alopecia areata
Existen tres tipos principales de alopecia areata:
1. Alopecia areata: pérdida de cabello en parches pequeños.
2. Alopecia totalis: pérdida total del cabello en el cuero cabelludo.
3. Alopecia universalis: pérdida completa del cabello en todo el cuerpo.
Síntomas
La alopecia areata afecta principalmente el cabello, pero puede provocar cambios en las uñas. Los síntomas incluyen la pérdida de cabello en parches, que puede recuperarse o expandirse a otras áreas del cuerpo. En algunas personas, las uñas se vuelven frágiles o presentan estrías.
Causas
Se desconoce la causa exacta de la alopecia areata. Se cree que tanto los factores genéticos como los ambientales desempeñan un papel, pero la investigación está en curso.
Tratamiento
El tratamiento para la pérdida de cabello se adapta a la causa específica de la alopecia.
Para la alopecia androgénica, dos medicamentos han demostrado su eficacia en estudios científicos:
– Minoxidil, aplicado tópicamente como solución sobre el cuero cabelludo.
– Finasteride, administrado por vía oral, que bloquea la producción de andrógenos, hormonas responsables de la pérdida de cabello en este tipo de alopecia.
Si se detecta un déficit de nutrientes esenciales para la formación del cabello, se pueden recomendar suplementos que incluyen aminoácidos azufrados, minerales y vitaminas.
En mujeres con alopecia androgénica, el acetato de ciproterona ha mostrado buenos resultados al inhibir la acción de los andrógenos.
Para la alopecia areata, el tratamiento incluye el uso de corticoides, que pueden aplicarse de forma tópica o infiltrados, y en algunos casos, se utiliza la inmunoterapia con sustancias sensibilizantes como la difenciprona para estimular el crecimiento del cabello.
Con información del National Institutes of Health (NIH) y Clínica de Navarra.