El Mycobacterium marinum es una micobacteria no tuberculosa de crecimiento lento que se sabe que causa infecciones de piel y tejidos blandos, incluso en pacientes sanos. Esta bacteria se asocia comúnmente con ambientes acuáticos y de peces.
La infección suele presentarse como un granuloma localizado, pero puede evolucionar a una linfangitis ascendente que se asemeja a la esporotricosis o puede extenderse a tejidos más profundos.
La infección por Mycobacterium marinum puede tener riesgos graves para las personas, especialmente para quienes tienen un sistema inmunitario debilitado:
Lesiones cutáneas: La infección puede causar lesiones nodulares, lisas o verrugosas en la piel expuesta, como las manos, pies o brazos. Estas lesiones pueden aparecer entre 2 y 8 semanas después de la infección.
*Ulceración: La infección puede provocar ulceración persistente.
*Artritis séptica: La infección puede causar artritis séptica.
*Osteomielitis: La infección agresiva puede causar osteomielitis extensa, que puede requerir la amputación del dedo afectado.
*Infecciones en tendones, articulaciones o hueso: A veces, se presentan infecciones en estas partes del cuerpo.
En este informe de caso, se presenta a un hombre de 23 años, que trabajaba en la gestión de acuarios y se le manifestó una progresión crónica de múltiples nódulos cutáneos en el antebrazo derecho y el pulgar. Inicialmente, el paciente fue referido del Departamento de Dermatología a la Clínica Ambulatoria debido a la sospecha de tuberculosis cutánea, como lo indicaba una prueba T-SPOT.TB positiva.
Una segunda biopsia dio positivo para M. marinum mediante secuenciación de PCR realizada por el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, confirmando el diagnóstico.
El tratamiento inicial consistió en rifabutina a 300 mg/día y claritromicina a 800 mg/día. Sin embargo, debido a la disfunción hepática, el régimen se cambió a moxifloxacino a 400 mg/día y rifabutina. Posteriormente, el moxifloxacino fue suspendido debido a náuseas, y el tratamiento se ajustó a linezolid a 1200 mg/día y claritromicina.
La condición de la piel del paciente mejoró notablemente, y las lesiones nodulares mostraron una tendencia a resolverse. Cabe destacar que el cultivo de M. marinum es lento y la sensibilidad puede reducirse cuando se usa N-acetil-l-cisteína-hidróxido de sodio en el proceso de pretratamiento, por lo que es necesario tener precaución con su uso.
El examen patológico inicial puede mostrar cambios inflamatorios, y las lesiones granulomatosas con necrosis caseosa no siempre están presentes. Los antibióticos como rifampicina, rifabutina, moxifloxacino y claritromicina se utilizan en el tratamiento, pero hay poca evidencia para los regímenes de tratamiento, lo que a menudo resulta en monoterapia prolongada o terapia combinada.
En los casos que presentan lesiones crónicas que se asemejan a múltiples formas esporotricoides, las biopsias repetidas son cruciales debido a los desafíos asociados con el cultivo. Este caso destaca la importancia de un diagnóstico y tratamiento precisos para evitar complicaciones graves.