Un caso de lesión hepática grave atribuida a la automedicación con Ligandrol se reportó en el Hospital Universitario de La Samaritana en Bogotá, Colombia. El paciente, un hombre de 30 años, presentó síntomas de ictericia (color amarillento en ojos y piel) y daño hepático significativo tras consumir este suplemento no autorizado.
Detalles del caso
El paciente, que comenzó un régimen de ejercicio intenso y una dieta alta en proteínas a mediados de febrero, había estado consumiendo varios suplementos, entre ellos creatina, tiamina, omega-3, y un suplemento con compuestos varios, además del controvertido Ligandrol.
El Ligandrol ayuda a estimular el crecimiento muscular, lo que resulta en un aumento de la masa muscular y la fuerza.
El 25 de abril, el paciente notó ictericia en su piel y ojos. Inicialmente diagnosticado con hepatitis en el Hospital María Auxiliadora de Mosquera, solicitó traslado al Hospital de La Samaritana debido a la demora en el diagnóstico y tratamiento definitivos.
Diagnóstico y tratamiento
Juan Pablo León Linares, estudiante de último semestre de Farmacia de la UNAL, participó en el seguimiento del caso. En La Samaritana, el paciente fue evaluado por medicina interna, revelando hiperbilirrubinemia, aumento en las transaminasas e hipercalemia.
Una vez se descartaron las causas virales, los médicos sospecharon daño hepático inducido por medicamentos, específicamente Ligandrol, confirmando el diagnóstico con una biopsia hepática el 31 de mayo.
El Ligandrol, un modulador selectivo de los receptores de andrógenos (SARM), no está aprobado por las autoridades sanitarias y su comercialización es ilegal en Colombia. La Dirección de Medicamentos y Productos Biológicos del Invima emitió una alerta el 29 de abril, destacando los riesgos significativos para la salud.
El documento de la alerta n.o 100-2024 consigna que: “estos productos NO cuentan con registro sanitario emitido por el Invima. Por lo anterior, su comercialización en el territorio nacional es ilegal […]. De acuerdo con la normatividad sanitaria vigente, los productos fraudulentos no cuentan con un registro sanitario, por lo tanto, no ofrecen garantías de calidad, seguridad y eficacia, representando un riesgo para la salud de los consumidores”.
León, junto a otros estudiantes, realizó un análisis exhaustivo de farmacovigilancia, encontrando siete reportes de caso y tres alertas sanitarias relacionadas con Ligandrol.
Usando los criterios de causalidad de Bradford Hill, determinaron que Ligandrol podía causar daño hepático (DILI) de patrón colestásico o mixto. También se analizaron otros suplementos, pero Ligandrol mostró la mayor probabilidad de causar el daño hepático.
Este caso resalta la preocupación creciente sobre la automedicación y el consumo indiscriminado de suplementos. Se debe tener en cuenta que productos sin necesidad de receta médica no son necesariamente seguros. La automedicación puede tener consecuencias graves, como se evidenció en este caso de lesión hepática grave.