En el ámbito de la pediatría, la dacriocistitis aguda infantil representa un desafío significativo, especialmente en recién nacidos y lactantes. Esta condición, originada por una obstrucción congénita del conducto nasolagrimal, puede desencadenar infecciones bacterianas en el saco lagrimal, complicándose en ocasiones con la formación de abscesos.
Recientemente, se ha documentado el exitoso tratamiento de un caso de dacriocistitis aguda con absceso lagrimal en un lactante de 37 días de edad, utilizando un enfoque mínimamente invasivo que podría ofrecer una alternativa eficaz en el manejo de esta patología.
El caso en cuestión comenzó cuando, a los 30 días de vida, el padre del lactante acudió a una clínica local debido a la aparición de edema e hiperemia en el párpado inferior de su hijo. Tras un diagnóstico de dacriocistitis aguda, se le administraron gotas y ungüento oftálmicos de tobramicina.
No obstante, la situación no mejoró; el niño continuaba presentando eritema, hinchazón y un intenso dolor en el área del saco lagrimal. Ante la negativa del padre de realizar estudios adicionales como una tomografía computarizada o ecografías, el lactante fue trasladado a una unidad de urgencias para una segunda opinión médica.
Al evaluar al bebé, se decidió implementar un tratamiento que consistía en una descompresión modificada del absceso, seguida de un sondaje del conducto nasolagrimal. Esta técnica permitió aliviar la tensión del absceso y restablecer el drenaje adecuado en el saco lagrimal.
De esta manera, tras un procedimiento repetido de descompresión y sondaje, los síntomas de dacriocistitis y el absceso lagrimal gigante comenzaron a desaparecer gradualmente, logrando importantes resultados estéticos y funcionales. El lactante respondió satisfactoriamente al tratamiento y hasta la fecha no ha presentado recurrencias del absceso.
Este caso pone de manifiesto la efectividad de un enfoque modificado de descompresión y sondaje como una opción práctica y menos invasiva para tratar la dacriocistitis aguda en bebés, incluso en situaciones complicadas por la presencia de abscesos. La experiencia compartida por el equipo médico sugiere que este método podría ser considerado en futuros casos, contribuyendo así a mejorar la atención pediátrica en condiciones similares.
