Un hallazgo inesperado durante una colonoscopia de rutina en un hombre de 51 años puso a prueba las capacidades diagnósticas de los especialistas en gastroenterología. Lo que inicialmente parecía un tumor maligno resultó ser un lipoma submucoso, una lesión benigna del intestino grueso.
El caso ocurrió el 29 de abril de 2024, cuando, durante un procedimiento preventivo, se detectó en el ciego (la primera porción del colon) una masa submucosa con ulceración superficial, hallazgo que levantó sospechas de cáncer. Sin embargo, la biopsia inicial no mostró signos de malignidad.
Para descartar riesgos, el paciente fue sometido a una hemicolectomía derecha laparoscópica el 7 de mayo de 2024. Tras la cirugía, el análisis anatomopatológico confirmó que la lesión correspondía a un lipoma submucoso, es decir, un tumor benigno compuesto por tejido graso.
Los lipomas y otros tumores submucosos benignos del intestino grueso son poco frecuentes, pero representan un desafío en la práctica médica.
“Aunque la endoscopia moderna ha avanzado de manera significativa, aún resulta difícil diferenciar de manera concluyente entre lesiones benignas y malignas solo con la imagen colonoscópica”, explican los especialistas.
Este caso resalta la importancia de considerar que masas submucosas benignas también pueden simular tumores malignos, incluso en pacientes asintomáticos. La confirmación diagnóstica, en muchos casos, solo se logra tras la resección quirúrgica y el estudio histopatológico.
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