Somalia atraviesa un aumento alarmante de casos de difteria, enfermedad prevenible con vacuna, en medio de una crisis marcada por la escasez de dosis y la reducción de la ayuda internacional. Según Hussein Abdukar Muhidin, director general del Instituto Nacional de Salud de Somalia, en lo que va del año se han registrado más de 1,600 casos y 87 muertes, frente a los 838 casos y 56 fallecimientos de 2024.
Una enfermedad prevenible que golpea a la niñez
La difteria, causada por una bacteria que genera fiebre, inflamación de ganglios y problemas respiratorios, afecta principalmente a niños. Aunque las tasas de inmunización infantil en Somalia han mejorado en la última década, cientos de miles de menores siguen sin estar completamente vacunados.
La historia de Deka Mohamed Ali refleja la gravedad de la situación. Tras huir de los enfrentamientos entre fuerzas gubernamentales y militantes islamistas en Ceeldheere, sus cuatro hijos contrajeron la enfermedad. “Mi hija de 9 años se recuperó, pero mi hijo de 8 años murió y ahora tengo a dos pequeños hospitalizados. No sabía que era difteria”, relató desde un hospital en Mogadiscio, donde su hijo de 3 años lucha contra la infección.
El ministro de Salud, Ali Haji Adam, explicó que Somalia enfrenta dificultades para adquirir vacunas debido a una escasez global, mientras que los recortes en la ayuda de Estados Unidos han limitado la distribución de las dosis disponibles. “El recorte de la ayuda estadounidense afectó terriblemente los fondos destinados a la salud. Muchos centros cerraron y los equipos móviles de vacunación que llegaban a zonas remotas dejaron de funcionar”, aseguró.
Hasta 2024, Estados Unidos era el principal donante humanitario de Somalia, cuya salud pública depende casi por completo de la cooperación internacional. Sin embargo, la asistencia pasó de 765 millones de dólares a 149 millones en 2025, según cifras oficiales.
Impacto en el sistema de salud
La organización Save the Children advirtió que el cierre de cientos de clínicas este año, consecuencia de los recortes internacionales, ha contribuido a un aumento de enfermedades prevenibles como la difteria, el sarampión, la tos ferina, el cólera y las infecciones respiratorias severas.
Además de EE. UU., países como Reino Unido, Francia y Alemania también han reducido sus presupuestos de cooperación. En paralelo, el propio gobierno somalí ha sido criticado por disminuir su inversión en salud de 8.5% de su presupuesto en 2023 a solo 4.8% en 2024, de acuerdo con Amnistía Internacional.
El Ministerio de Salud somalí anunció planes para una nueva campaña de vacunación, aunque aún no ha detallado fechas. Mientras tanto, médicos y defensores de derechos humanos piden mayor compromiso tanto del gobierno como de la comunidad internacional para evitar que esta crisis sanitaria cobre más vidas.
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