El nuevo centro interdisciplinario busca integrar la ingeniería, la biología y las ciencias sociales para comprender y proteger mejor el cerebro humano.
La Universidad Rice anunció la creación del Rice Brain Institute (RBI), un nuevo centro dedicado a impulsar la investigación en neurociencia, salud mental y tecnología aplicada al cerebro. Su objetivo es promover descubrimientos que ayuden a enfrentar el creciente impacto global de enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson.
El RBI reunirá a ingenieros, científicos y expertos en ciencias sociales para abordar la salud cerebral desde distintos enfoques. El instituto se apoyará en tres grandes iniciativas: Neuroingeniería, enfocada en el desarrollo de tecnologías para diagnóstico y rehabilitación; Neurociencia, centrada en la biología cerebral y la cognición; y Cerebro y Sociedad, que buscará conectar los avances científicos con la educación, las políticas públicas y la equidad.
“El cerebro define quiénes somos y cómo nos relacionamos con el mundo. Entenderlo mejor significa mejorar la vida de millones de personas”, afirmó Reginald DesRoches, presidente de la Universidad Rice. “Todos conocemos a alguien afectado por un trastorno cerebral, por lo que esta investigación es profundamente personal”.
El lanzamiento coincide con la votación de la Proposición 14 en Texas, una medida que propone destinar 3 mil millones de dólares a la investigación sobre demencia en todo el estado. El nuevo instituto parte con una base sólida: 78 millones de dólares en financiación ya obtenida para proyectos de neuroingeniería y más de 50 colaboraciones activas con el Centro Médico de Texas.
De acuerdo con estimaciones globales, los trastornos neurológicos y de salud mental representan un costo económico de 5 billones de dólares al año, una cifra que podría triplicarse para 2030 si no se desarrollan estrategias preventivas y terapéuticas más eficaces.
Con el RBI, la Universidad Rice busca posicionarse como líder internacional en investigación cerebral, desde los descubrimientos moleculares hasta las aplicaciones clínicas y tecnológicas que transformen la salud mental y neurológica.Nota original: AQUÍ









