La endocrinóloga pediátrica, doctora Marina Ruiz, destacó los progresos en el manejo con hormona de crecimiento, que ahora puede administrarse de forma semanal en lugar de diaria, con la misma eficacia y mayor comodidad para los pacientes. Subrayó además que se trata de un tratamiento seguro, cuyo éxito depende no solo de la medicina, sino también de hábitos saludables en la infancia.
Tratamiento y avances recientes
La doctora Ruiz explicó que el tratamiento consiste en la administración de hormona de crecimiento de manera sintética, mediante inyecciones subcutáneas. “En un pasado, en los 70 y 80, se sacaba de glándulas pituitarias de cadáveres. Hoy en día se produce de forma sintética en un laboratorio, evitando complicaciones. La única manera de administrarla sigue siendo por inyecciones”, indicó.
Un avance reciente ha sido el desarrollo de inyecciones semanales, que reemplazan las dosis diarias y logran los mismos resultados. “Ahora hay preparaciones semanales. En vez de inyectarse seis o siete días a la semana, se puede inyectar una vez en semana y el niño crece igual de bien”, añadió.
Mitos y realidades
Entre los temores más comunes de los padres se encuentra la idea de “inyectar hormonas” a sus hijos. Ante esto, Ruiz aclaró: “Yo les digo a todo el mundo: yo soy la doctora que te da las hormonas que tu cuerpo no produce naturalmente. No es dar algo en exceso, es suplir lo que falta, igual que cuando se da insulina o hormona de tiroides”.
Si bien existen efectos secundarios, la endocrinóloga subrayó que son “muy raros” y que en general se trata de un tratamiento seguro y eficaz.
El papel de la familia
La especialista enfatizó que el éxito del tratamiento no depende solo de la medicina, sino también de hábitos saludables. “Una alimentación balanceada, dormir de 8 a 10 horas y realizar ejercicio diario son vitales para que un niño crezca bien. No estamos pidiendo atletas, estamos pidiendo 30 a 45 minutos diarios de actividad física”, recomendó.
La doctora Ruiz hace un llamado directo a los padres y cuidadores: “Mi mensaje es llevar a sus hijos al pediatra una vez al año, asegurarse de que tengan la nutrición adecuada, el descanso suficiente y algo de movimiento diario. Nosotros los endocrinólogos pediátricos somos pocos en Puerto Rico, pero estamos al día en todo y disponibles para apoyar a las familias”.