La piel no solo es el órgano más grande del cuerpo, sino también nuestra primera barrera de defensa frente a las agresiones externas. Mantenerla en buen estado es clave para prevenir irritaciones, infecciones y mejorar la calidad de vida de los pacientes. En una reciente entrevista con la Dra. Catherine Rodríguez, dermatóloga, exploramos la importancia de la barrera cutánea y el papel fundamental de los baños emolientes en el cuidado diario de la piel.
Importancia de la barrera cutánea
La Dra. Catherine Rodríguez explicó que la barrera cutánea actúa como un escudo natural contra las agresiones externas. “Cuando está comprometida, como en pacientes con dermatitis atópica, se genera inflamación. Mejorar esta barrera puede controlar más del 90 % de las condiciones inflamatorias de la piel”.
A nivel global, la dermatitis atópica es una de las enfermedades cutáneas más comunes: se estima que afecta al 15-20 % de los niños y hasta un 10 % de los adultos en el mundo. Además, la Organización Mundial de la Salud ha señalado que los trastornos de la piel se encuentran entre las principales causas de años vividos con discapacidad, lo que refleja su enorme impacto en la salud pública.
El papel de los emolientes
Por otro lado, los emolientes son sustancias que ayudan a la piel. La Dra. Rodríguez destacó que son esenciales para mantener la piel sana: “Los emolientes ayudan a mejorar la hidratación y la elasticidad de la piel. Al usarlos diariamente, se reduce el prurito y se controla la inflamación, lo que mejora significativamente la calidad de vida del paciente”.
La evidencia científica respalda que el uso constante de emolientes no solo controla los síntomas, sino que también puede prevenir la aparición de brotes, especialmente en bebés con riesgo de desarrollar dermatitis atópica. Incluso, algunas guías internacionales recomiendan iniciar su uso de manera temprana como estrategia de prevención.
Estos baños se deben realizar a diario, enfocándose en las zonas donde más se suda, como cara, axilas, genitales, manos y pies. La doctora enfatizó que cualquier persona puede beneficiarse, pero es fundamental la guía de un especialista para adaptar el tratamiento a cada caso.
Sin restricciones de edad
No hay limitaciones de edad para el uso de emolientes, pero siempre es clave contar con la asesoría de un dermatólogo, ya que cada piel es única y requiere un tratamiento personalizado. Además, mantener la barrera cutánea en equilibrio implica cuidar factores como el pH de la piel, que naturalmente se sitúa entre 4.5 y 6.5, y cuya alteración puede favorecer infecciones y empeorar la inflamación.
La Dra. Catherine Rodríguez nos recordó que los pequeños hábitos diarios son la base para el control de las condiciones de la piel. ¡No olvides consultar siempre a tu especialista!
Para más consejos, la puedes encontrar en Instagram como @derma.cath