Ácidos grasos omega-6 presentes en aceites vegetales promueven el crecimiento del cáncer de mama agresivo

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El cuerpo humano no puede producir ácido linoleico por sí mismo, lo que lo convierte en un ácido graso "esencial", pero consumirlo en exceso puede, paradójicamente, favorecer procesos inflamatorios o incluso el crecimiento de ciertos tumores.

Durante años, los científicos han debatido si ciertos tipos de grasa en nuestra dieta podrían estar relacionados con el desarrollo del cáncer. Aunque algunas teorías apuntaban a que las grasas omega-6, ampliamente presentes en aceites vegetales como el de soya, cártamo y girasol, podrían tener efectos negativos, no se había identificado un mecanismo biológico claro que explicara esta posible relación… hasta ahora.

El vínculo entre grasa dietaria y un tipo difícil de cáncer de mama

Un estudio reciente, publicado el 14 de marzo de 2025 en la prestigiosa revista Science por un equipo de Weill Cornell Medicine en Nueva York, ha identificado por primera vez una conexión directa entre el ácido linoleico (un tipo de omega-6) y un subtipo particularmente agresivo de cáncer de mama conocido como cáncer de mama triple negativo.

Este tipo de cáncer representa entre el 10 y el 15 % de todos los casos de cáncer de mama y se caracteriza por no tener receptores para estrógeno, progesterona ni HER2. Esto lo hace más difícil de tratar, ya que no responde a terapias hormonales o dirigidas que sí funcionan en otros subtipos.

¿Qué descubrieron exactamente los investigadores?

El equipo encontró que el ácido linoleico puede activar una vía de crecimiento celular muy importante llamada mTORC1, pero solo en las células de tumores triple negativos. Este efecto ocurre porque el ácido graso se une a una proteína llamada FABP5 (proteína fijadora de ácidos grasos 5), que está presente en niveles altos en este subtipo de tumor.

La activación de la vía mTORC1 promueve el crecimiento y la proliferación de las células tumorales. Cuando los investigadores alimentaron ratones con una dieta rica en linoleico, los tumores crecieron más rápido y mostraron mayor activación de esta vía.

De la bioquímica al impacto en pacientes

Este hallazgo no solo identifica una posible causa nutricional de progresión del cáncer en ciertos pacientes, sino que también abre la puerta a nuevos enfoques terapéuticos y de prevención personalizados.

¿Qué es FABP5 y por qué es clave?

FABP5 es una proteína que ayuda a transportar ácidos grasos dentro de las células. En las células del cáncer triple negativo, esta proteína parece facilitar la entrada del ácido linoleico en los mecanismos que activan mTORC1, algo que no ocurre con tanta fuerza en otros tipos de cáncer de mama. Este hallazgo convierte a FABP5 en un posible biomarcador: una señal biológica que puede usarse para identificar pacientes que podrían beneficiarse de estrategias específicas, como modificar su dieta o usar fármacos que bloqueen esta vía.

¿Debemos dejar de consumir omega-6?

No necesariamente. El ácido linoleico es un nutriente esencial que nuestro cuerpo necesita para funciones vitales como la formación de membranas celulares y la regulación de la inflamación. El problema no es su presencia en la dieta, sino su consumo excesivo. En la dieta occidental moderna, el uso generalizado de aceites ricos en omega-6 en productos fritos y ultraprocesados ha llevado a una ingesta muy superior a la necesaria, lo que podría ser un factor de riesgo especialmente en personas genéticamente predispuestas o con subtipos específicos de cáncer.

Implicaciones más allá del cáncer de mama

Aunque el estudio se enfocó en el cáncer de mama triple negativo, los investigadores también encontraron que este mismo mecanismo puede favorecer el crecimiento de ciertos cánceres de próstata. Esto sugiere que la vía FABP5-mTORC1 podría estar implicada en otros tumores e incluso en enfermedades crónicas como la obesidad y la diabetes, donde el metabolismo de lípidos también juega un papel clave.

¿Qué viene ahora?

El equipo liderado por el Dr. John Blenis está investigando cómo bloquear esta vía con fármacos específicos o cómo usar el conocimiento sobre FABP5 para desarrollar pruebas que ayuden a definir qué pacientes podrían beneficiarse de recomendaciones nutricionales personalizadas.

En un futuro no tan lejano, podríamos ver tratamientos que combinen quimioterapia tradicional con inhibidores de FABP5 o ajustes dietarios específicos para limitar el acceso del tumor a los nutrientes que lo alimentan.

El poder de la nutrición personalizada

Este estudio marca un hito al revelar que no solo los genes o las mutaciones afectan la progresión del cáncer, sino también los nutrientes que ingerimos a diario. Para pacientes con cáncer de mama triple negativo, conocer el rol del ácido linoleico y de FABP5 podría ayudar a tomar decisiones más informadas sobre su alimentación y posibles tratamientos. Para los profesionales de la salud, se abre una nueva dimensión en la oncología de precisión, en la que la nutrición podría jugar un rol tan importante como la medicina convencional.

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