El Dr. Jorge L. Santana-Bagur, Profesor Asociado de Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Puerto Rico en San Juan y Director e Investigador Principal del Grupo de Ensayos Clínicos sobre el SIDA (ACTU), ha compartido importantes advertencias sobre los riesgos de salud asociados con los tatuajes.
Con más de tres décadas de experiencia en investigación clínica sobre el VIH y el VHC, el Dr. Santana-Bagur ha enfatizado la necesidad de una mayor conciencia sobre estos riesgos.
En entrevista con Public Health Latinoamérica en el marco del Día Mundial contra las Hepatitis Virales, el Dr. Santana-Bagur destacó que, aunque los tatuajes son cada vez más populares y considerados una forma de expresión personal, es crucial estar informados sobre los posibles riesgos para la salud. «No quiero causar alarma ni caos, pero es importante advertir sobre la transmisión de virus como la hepatitis C a través de tatuajes», explicó.
A diferencia de los tiempos antiguos, cuando los tatuajes se realizaban con tintas de origen vegetal, las tintas modernas contienen químicos que pueden representar riesgos para la salud.
El especialista advierte que las tintas que se usan hoy día, “número uno se ha documentado que no es la aguja que se contamina, pues al usarla esteril, es decir, de un paquete de solo uso se limita el riesgo, pero en estos lugares y establecimientos no usan tinta esteril, y a veces usan la misma tinta en distintas personas y el virus se sabe que puede sobrevivir semanas en tintas contaminadas y no solo eso, sino que estudios recientes revelan que la contaminación de bacterias que sobreviven en esas tintas”.
Los Centros de Control y Prevención (CDC, por sus siglas en inglés) refieren que la hepatitis C se transmite principalmente a través del contacto con sangre infectada. La forma más común de transmisión es compartir equipo para inyectar drogas, como agujas y jeringas.
Otra forma de contagio es a través de tatuajes o piercings realizados en instalaciones no reguladas o con instrumentos no esterilizados. Compartir elementos personales que hayan estado en contacto con sangre infectada, como máquinas de afeitar o cepillos de dientes, también puede ser una vía de transmisión.
Otra advertencia del Dr. Santana-Bagur es que recientemente pudo conocer sobre un estudio realizado en Suecia, el país con la mayor incidencia de tatuajes en Europa y entre los tres primeros a nivel mundial, reveló una inquietante asociación entre los tatuajes y el linfoma tipo B.
«El estudio mostró que el 20% de las personas tatuadas tenían un riesgo aumentado de desarrollar linfoma», comentó el especialista. Este estudio, que abarcó 11 años, destaca la necesidad de seguir investigando la relación entre las tintas de tatuaje y enfermedades graves.
El Dr. Santana-Bagur explicó que las tintas modernas contienen metales pesados y otros compuestos químicos que pueden ser perjudiciales. «El tinte negro tiene derivados de carbón, el rojo contiene mercurio, el azul tiene cobalto, y los tintes verde, amarillo y limón contienen cromo. Estos metales pueden trasladarse a los ganglios linfáticos y a otros centros germinativos del cuerpo», señaló. Las biopsias linfáticas en personas tatuadas han revelado la presencia de estos pigmentos, lo que refuerza la necesidad de precaución.
Finalmente, el Dr. Santana-Bagur hizo un llamado a la prudencia: «Es esencial que las personas sean conscientes de estos riesgos y consideren las implicaciones de los tatuajes en su salud. Mientras se continúan las investigaciones, es fundamental que los tatuadores y clientes estén informados y tomen medidas para minimizar los riesgos».
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