Ocho países, seis de ellos en África, incluyendo Nigeria, Kenia y Lesotho, podrían enfrentar una escasez de medicamentos antirretrovirales (ARV) debido a la reciente decisión del gobierno de EE.UU. de suspender la ayuda exterior. Esta medida fue anunciada por el presidente Donald Trump en su primer día de mandato, en enero, como parte de una revisión del gasto gubernamental.
El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que las interrupciones en los programas de VIH podrían revertir 20 años de avances en la lucha contra la enfermedad. Además, señaló que esta situación podría resultar en más de 10 millones de nuevos casos de VIH y tres millones de muertes adicionales relacionadas con el virus, lo que representa más del triple de muertes en comparación con el año pasado.
Los países afectados por esta falta de medicamentos incluyen Nigeria, Kenia, Lesotho, Sudán del Sur, Burkina Faso, Mali, Haití y Ucrania.
La suspensión de la ayuda exterior, parte de la política de “América Primero” de Trump, ha afectado gravemente los programas de salud globales, interrumpiendo los suministros médicos esenciales, como los medicamentos contra el VIH.
La mayoría de los programas de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) han sido cancelados, lo que ha afectado especialmente al Plan de Emergencia del Presidente de EE.UU. para el Alivio del SIDA (Pepfar). Aunque se otorgó una exención al programa en febrero, sus actividades siguen viéndose gravemente afectadas, lo que ha provocado la paralización de los servicios de tratamiento, pruebas y prevención del VIH en más de 50 países.
Pepfar, lanzado en 2003, ha sido fundamental en el acceso a tratamientos para las personas más pobres del mundo, salvando más de 26 millones de vidas. La decisión de retirar el apoyo también incluye la salida de EE.UU. de la OMS, lo que afectaría el financiamiento de la agencia de salud global.
El Dr. Tedros señaló que, aunque EE.UU. tiene derecho a decidir sus prioridades de apoyo, también tiene la responsabilidad de garantizar una transición ordenada y humana en la retirada de fondos, permitiendo a los países afectados encontrar fuentes alternativas.
En África subsahariana, donde viven 25 millones de personas con VIH, más de dos tercios de los casos globales, la situación es especialmente grave. En Nigeria, casi dos millones de personas dependen de la ayuda para recibir tratamiento, y en Kenia, aproximadamente 1,4 millones de personas viven con el virus.
El Dr. Tedros hizo un llamado a EE.UU. para que reconsidere su apoyo a la salud global, destacando que este no solo salva vidas, sino que también contribuye a la seguridad del país al prevenir la propagación de enfermedades.