Amivantamab: caso de úlceras genitales y paroniquia en paciente con cáncer de pulmón

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Desde Puerto Rico un equipo de dermatólogos reportó el primer caso clínico sobre los efectos adversos cutáneos asociados con el uso de amivantamab, un anticuerpo monoclonal dirigido contra los receptores del factor de crecimiento epidérmico (EGFR) y del factor de transición mesenquimal-epitelial (MET). Este medicamento, aprobado el 21 de mayo de 2021 para el tratamiento del cáncer de pulmón de células no pequeñas, ha mostrado efectos secundarios cutáneos, incluidos úlceras genitales y paroniquia.

Se trata de un hombre de 57 años con antecedentes de cáncer de pulmón de células no pequeñas y metástasis distantes, presentó lesiones dolorosas en los pliegues inguinales y las uñas de los pies. Seis semanas antes de la consulta, había comenzado el tratamiento con amivantamab y había recibido cinco infusiones. Dos semanas después de iniciar el tratamiento, desarrolló pequeñas úlceras en la ingle y uñas hinchadas. Con cada infusión subsecuente, aparecían nuevas úlceras en los mismos sitios y en el área del pene. Otros síntomas incluían labios agrietados y boca seca. Las lesiones tratadas previamente con esteroides tópicos potentes y antifúngicos mostraron poca respuesta.

El examen físico reveló múltiples úlceras ovaladas y dolorosas con bordes festoneados en los pliegues inguinales y el eje del pene. También había eritema e hinchazón con una costra hemorrágica subyacente en las uñas de los pies. Los estudios de laboratorio fueron negativos para virus de Epstein-Barr, citomegalovirus, VIH, virus del herpes simple tipo 1 y 2, y sífilis. Una biopsia de piel de una lesión activa en la ingle mostró una úlcera con un infiltrado linfoplasmocítico.

Ante la sospecha de toxicidad inducida por el fármaco, se suspendió el amivantamab durante un mes. Durante este tiempo, la paroniquia se resolvió con crema de clobetasol y mupirocina, y las úlceras mostraron una mejoría significativa con reepitelización. Sin embargo, debido a la malignidad del paciente, el oncólogo reanudó el amivantamab, lo que resultó en la recurrencia de las úlceras y el eritema perianal. Un tratamiento con azitromicina no logró resolver las lesiones, confirmando el diagnóstico de úlceras inguinales y peniles inducidas por amivantamab y paroniquia.

El EGFR es esencial para el mantenimiento de la homeostasis epidérmica. La inhibición de este receptor puede causar efectos adversos en la piel, como se observa con otros inhibidores del EGFR. Los cambios histológicos durante la terapia incluyen adelgazamiento de la capa córnea y granular, degeneración vacuolar de la capa basal y queratinocitos apoptóticos, lo que puede resultar en necrosis y ulceración de la piel.

Aunque el paciente no presentó todos los efectos adversos del complejo PRIDE (erupción papulopustulosa, paroniquia, crecimiento anormal del cabello, prurito y sequedad), sí experimentó tres de ellos: boca seca, labios agrietados y paroniquia. Solo se ha reportado un caso previo de úlceras cutáneas tras el inicio de un inhibidor del EGFR.

Este caso destaca la importancia de reconocer las úlceras genitales como un posible efecto cutáneo adverso asociado con amivantamab y otros tratamientos dirigidos al EGFR y MET. Los profesionales de la salud deben estar alerta a estos efectos y considerar la interrupción del tratamiento si es factible.

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