Cambios en la incidencia y mortalidad del cáncer de próstata en Latinoamérica

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La incidencia del cáncer de próstata en Latinoamérica ha mostrado un patrón de aumento seguido de una disminución. Foto: archivo.

El cáncer de próstata (CaP) se ha consolidado como la neoplasia maligna más frecuente en hombres en Latinoamérica y el Caribe. Según el Observatorio Global del Cáncer (GCO), se diagnosticaron 214,522 casos en 2020 en esta región, representando el 15.2% de los casos a nivel mundial. A pesar de esta tendencia creciente, no se ha identificado un factor de riesgo específico que permita prevenir esta enfermedad, lo que conduce a que muchos casos se puedan diagnosticar en etapas avanzadas.

En la revisión de datos entre 2000 y 2020, las tasas de incidencia estandarizadas mostraron resultados diversos entre los países de LAC. En 2020, Bolivia y Ecuador reportaron las tasas más bajas, mientras que varios países del Caribe registraron las más altas, con cifras que oscilaron entre 70 a 110 casos por 100,000 hombres en algunos lugares y entre 40 a 70 en otros.

Asimismo, se observó que muchas tendencias de incidencia alcanzaron su punto máximo, luego se mantuvieron estables y finalmente disminuyeron, un patrón que también se ha visto en Estados Unidos, con un desfase de aproximadamente 10 años.

Por ejemplo, se ha documentado que Colombia alcanzó su máxima incidencia en 2002, seguida por Costa Rica, y después de esos picos, ambos países han experimentado una tendencia a la baja. Ecuador, por su parte, presentó tasas cercanas a 60 casos por 100,000 al finalizar 2012. Esta tendencia se reafirma con datos recientes del Registro de Cáncer de Cali, confirmando la disminución en la incidencia durante 2010-2020.

En cuanto a la mortalidad, en el año 2000 las tasas estandarizadas de LAC variaron entre 11 a 18 muertes por CaP por cada 100,000 hombres, siendo Cuba la excepción con una tasa de 22, que continuó en aumento. Para 2020, las tasas de mortalidad se habían reducido en todos los países evaluados, situándose entre 10 y 14 muertes por cada 100,000 hombres, aunque Cuba mantuvo valores similares a los del año 2000.

La evolución de la incidencia y mortalidad revela que, aunque la incidencia de CaP ha mostrado un aumento hasta aproximadamente el año 2010 antes de comenzar a disminuir, la mortalidad presenta una reducción mínima en el mismo período. Esto puede estar ligado a las modalidades de tratamiento de la época, explicando por qué la mortalidad era inicialmente baja en comparación con la incidencia.

A finales del período que se analizó, se observa una leve disminución general en mortalidad, pero algunos países como México, Colombia y Costa Rica registraron una reducción más significativa. Aún se requiere un desarrollo de registros de cáncer de base poblacional en la región, ya que muchas publicaciones son de ciudades específicas. Sin embargo, son esenciales los aportes de ciudades con registros periódicos como Quito y Lima para comprender mejor estas tendencias.

La incidencia del cáncer de próstata en Latinoamérica ha mostrado un patrón de aumento seguido de una disminución, mientras que la mortalidad ha tenido cambios mínimos. La diferencia en las tasas de incidencia entre países puede atribuirse a la implementación de programas de tamizaje y a la variabilidad en el tratamiento, lo que subraya la necesidad de seguir fortaleciendo los registros de cáncer y la atención en salud en la región.

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