En el marco de la Convención de la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología, el electrofisiólogo cardíaco, doctor Hilton Franqui Rivera, advirtió sobre la prevalencia creciente de la fibrilación auricular (FA), una arritmia cardíaca que, aunque común, puede ser silenciosa y conllevar graves consecuencias si no se diagnostica y trata a tiempo.
“La fibrilación auricular es la arritmia más común en el mundo. Proviene de la parte superior del corazón, por eso se llama ‘atrial’, y consiste en un movimiento irregular y desorganizado de esa zona”, explicó el especialista.
Según datos compartidos por el doctor Rivera, antes de los 65 años, una de cada 100 personas puede tenerla, pero después de esa edad, la cifra se eleva de forma significativa: “Luego de los 80 años, uno de cada seis individuos puede presentar esta condición”.
Factores de riesgo en aumento
El envejecimiento es el principal factor de riesgo, pero no es el único. Condiciones como la hipertensión, diabetes, obesidad, apnea del sueño, el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo también están estrechamente vinculadas. “Muchas de estas condiciones tienen niveles epidémicos en nuestra población, por lo que anticipamos un aumento de casos de fibrilación auricular en los próximos años”, señaló Rivera.
El especialista también destacó que gracias al uso de tecnologías personales como relojes inteligentes, se ha mejorado la detección de arritmias. “Estos dispositivos pueden identificar la fibrilación incluso cuando es intermitente. Una persona puede tener un electrocardiograma normal en la consulta, pero en su casa estar teniendo episodios que pasan desapercibidos”, dijo.
Complicaciones que pueden evitarse
Detectar la FA a tiempo puede ser la diferencia entre una vida saludable o un evento cerebrovascular. “Las complicaciones más comunes son el fallo cardíaco y las apoplejías cerebrales. La arritmia favorece la formación de coágulos en el corazón que pueden viajar al cerebro y causar un infarto cerebral”, advirtió.
Pero no son las únicas consecuencias. “La fibrilación también se asocia a mayor riesgo de demencia, enfermedad renal y muerte súbita”, concluyó el experto.