El eje del estrés en la obesidad y la diabetes mellitus: una actualización relevante

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El estrés crónico es un fenómeno con profundas implicaciones en la salud, especialmente en el desarrollo de enfermedades metabólicas como la obesidad (OB) y la diabetes mellitus (DM). Imagen de archivo.

El estrés crónico es un fenómeno con profundas implicaciones en la salud, especialmente en el desarrollo de enfermedades metabólicas como la obesidad (OB) y la diabetes mellitus (DM). 

El eje hipotálamo-hipofisario-adrenal (HPA) y el sistema nervioso simpático (SNS) son los principales mecanismos del cuerpo que responden al estrés. Sin embargo, cuando estos sistemas se desregulan de manera crónica, pueden desencadenar una serie de efectos negativos en el organismo.

La exposición prolongada al estrés lleva a la liberación sostenida de glucocorticoides (GC), lo que provoca alteraciones en la expresión genética y en diversas vías celulares críticas para el metabolismo. 

Estas modificaciones están estrechamente ligadas al desarrollo de adiposidad, resistencia a la insulina, y a la aparición de condiciones como la hipertensión, dislipidemia y la inflamación crónica.

Estos efectos son especialmente visibles en individuos que desarrollan un fenotipo Cushingoide, caracterizado por una distribución anormal de grasa corporal y un riesgo elevado de síndrome metabólico (SM) y DM tipo 2 (DM2).

Un aspecto crucial es la «programación genética» del eje HPA, que puede ocurrir durante el periodo fetal y perinatal, y que influye en la actividad de este eje durante la vida adulta, aumentando la susceptibilidad a la OB y al SM.

Además, el estrés también está vinculado a factores socioeconómicos y de estilo de vida, como dietas hipercalóricas, falta de actividad física y privación del sueño, todos ellos contribuyentes significativos a la obesidad y la diabetes.

El impacto del estrés no se limita a su efecto directo sobre el eje HPA. La inflamación juega un papel crucial en la resistencia a la insulina y en la disfunción de las células beta pancreáticas, lo que ha llevado al desarrollo de nuevas terapias antidiabéticas centradas en estrategias antiinflamatorias.

Un factor emergente es la relación entre infecciones como el SARS-CoV-2 y la desregulación del eje HPA, lo que ha puesto de relieve la peligrosa interacción entre el COVID-19, la OB y la DM. Estas condiciones no solo agravan la severidad de la enfermedad, sino que también sugieren una interrelación compleja y bidireccional que requiere mayor investigación.

En resumen, comprender mejor los mecanismos a través de los cuales el estrés crónico contribuye al desarrollo de la obesidad y la diabetes mellitus es esencial para mejorar la prevención y el tratamiento de estas enfermedades.

La desregulación del eje HPA emerge como un actor central en esta dinámica, subrayando la necesidad de abordajes terapéuticos que no solo consideren los aspectos metabólicos, sino también los neuroendocrinos y psicológicos del estrés.

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