Cada año, más de 10.000 personas mueren en Europa por causas asociadas al estrés laboral. En Latinoamérica, la situación no es muy distinta: largas jornadas, precariedad y acoso laboral disparan enfermedades mentales, coronarias y suicidios.
Un riesgo silencioso y letal
El estrés laboral ha alcanzado niveles históricos a nivel global, un informe reciente del Instituto Sindical Europeo (ETUI), presentado durante el Día Internacional de Conmemoración de los Trabajadores, reveló que en la Unión Europea más de 10.000 personas mueren al año por causas relacionadas directamente con los riesgos psicosociales en el trabajo. De esas muertes, 6.190 se atribuyen a enfermedades coronarias vinculadas al estrés crónico y 4.843 a suicidios causados por depresión laboral.
A diferencia de los accidentes físicos, estas muertes no siempre se ven, pero su impacto es igual o mayor. “Estamos ante una epidemia invisible”, advierten desde la Confederación Europea de Sindicatos (CES), que reclama legislación específica para gestionar estos riesgos.
Aunque la mayoría de los datos detallados provienen de Europa, Latinoamérica enfrenta una crisis similar. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), uno de cada cinco trabajadores latinoamericanos sufre trastornos de salud mental asociados al trabajo, como ansiedad, depresión o síndrome de burnout.
- En México, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social estimó que el 75% de los trabajadores sufren de estrés laboral, lo que coloca al país en el primer lugar mundial, por encima de China y Estados Unidos.
- En Colombia, un estudio de la Universidad del Rosario y la Asociación Colombiana de Psiquiatría reveló que el 38% de los trabajadores presentan síntomas de burnout o agotamiento extremo.
- En Argentina, el Ministerio de Salud indicó que, tras la pandemia, los trastornos mentales son la primera causa de ausentismo laboral, especialmente en sectores como la salud, la educación y el comercio.
- En Puerto Rico, un 25 % de la población padece alguna condición de salud mental, con 18 % sufriendo de ansiedad y 10 % de depresión severa; además, se registraron 167 suicidios en 2020.
Mujeres son más más vulnerables
Según la OIT, las mujeres tienen un 30% más de probabilidades de sufrir trastornos psicosociales laborales. Esto se refleja en mayores niveles de ansiedad, insomnio y depresión.
En España, el impacto del estrés laboral también está dejando huella. Solo en 2022, 1.255 personas que estaban trabajando se suicidaron, según cifras del sindicato UGT. La justicia ha comenzado a reconocer que en ciertos casos, el suicidio puede ser considerado un accidente laboral cuando está vinculado a entornos de alta presión.
Además, el 55,8% de las muertes en jornada laboral en 2023 fueron «no traumáticas», muchas de ellas relacionadas con patologías agravadas por el estrés, según la Generalitat de Catalunya.
El burnout y sus efectos devastadores
El síndrome de burnout o de desgaste profesional es una forma severa de estrés crónico. Se manifiesta con fatiga extrema, despersonalización y sentimientos de ineficacia, y se relaciona con un mayor riesgo de suicidio, adicciones y enfermedades físicas.
Expertos en salud mental explican que este trastorno se desarrolla progresivamente en ambientes laborales tóxicos, con escaso reconocimiento, alta exigencia y poca estabilidad.
Desde la CES, en Europa, se exige una legislación vinculante que obligue a las empresas a prevenir y tratar los riesgos psicosociales, en colaboración con los sindicatos. Hoy, en la mayoría de países incluidos los de Latinoamérica, la salud mental en el trabajo sigue siendo un tema ignorado o minimizado.
El trabajo dignifica, pero también puede enfermar o incluso matar. Enfrentar la crisis de salud mental laboral no es una opción: es una necesidad urgente que debe tomarse con la misma seriedad que cualquier otro riesgo en el lugar de trabajo.
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