El asma sigue siendo una de las condiciones respiratorias más prevalentes en Puerto Rico, con desafíos significativos tanto en su diagnóstico como en su tratamiento. Según expertos, la isla enfrenta una crisis silenciosa, marcada por la falta de recursos, la escasez de especialistas y una alta incidencia que supera la media global.
“El asma es una de las enfermedades crónicas más comunes en nuestra población infantil y adulta, y Puerto Rico se considera uno de los lugares con mayor incidencia y prevalencia de asma a nivel mundial”, afirmó el Dr. Wilfredo De Jesús Rojas, neumólogo pediátrico. Esta alta carga de enfermedad convierte al asma en un asunto prioritario para el sistema de salud local.
Uno de los mayores retos identificados por el Dr. De Jesús es la variabilidad clínica de la condición. “Muchas de las manifestaciones de pacientes asmáticos no necesariamente van a presentar con todos los signos y síntomas que típicamente leemos”, explicó, resaltando que esto puede dificultar su diagnóstico temprano y adecuado.
Además, el experto señaló una seria limitación en las herramientas diagnósticas disponibles en la isla. “Carecemos como país de las herramientas que se utilizan para diagnosticar asma… Muchas veces están más dirigidas al neumólogo pediátrico”, dijo, manifestando también el alarmante déficit de estos especialistas: “El especialista en neumología pediátrica está, como decimos, en peligro de extinción. Existen menos de 20 neumólogos para 150.000 niños”.
La prevención y el manejo adecuado de las crisis asmáticas pasan por un enfoque integral que incluya tecnología, educación y personalización del tratamiento. Así lo sostiene el Dr. De Jesús, quien destacó el papel de las herramientas tecnológicas en el monitoreo diario: “El paciente con asma es un paciente asistido por tecnología… bombas, aerocámaras, medidor de flujo”.
El especialista también hizo énfasis en la importancia de adaptar el plan de tratamiento a las preferencias del paciente para mejorar la adherencia: “Tal vez si a la niña le gusta una princesa específica, el plan de acción puede tener a la princesa”, sugirió como ejemplo de una estrategia personalizada. Igualmente, destacó el rol de la familia: “Vivimos con niños con asma… mamá y papá me están ayudando para lograr control”.
No seguir el tratamiento puede tener consecuencias devastadoras, advirtió el doctor: “Cada vez que ese paciente llega al intensivo es una disminución en su función pulmonar… puede ser irreversible”.
Otro aspecto clave en el control del asma es el entorno del paciente. “Si no entendemos la comunidad donde él está, cómo se cocina en su casa, nunca vamos a identificar el desencadenante”, apuntó el experto. También indicó que las infecciones respiratorias siguen siendo el detonante más común de las crisis: “El más común son las infecciones respiratorias, están en cuido y se enferman constantemente”.
El panorama actual del asma en Puerto Rico exige algunas acciones concretas como mayor acceso a especialistas, educación comunitaria, diagnóstico temprano y estrategias de prevención efectivas. Mientras tanto, miles de familias en la isla siguen luchando cada día contra una condición que, bien manejada, podría ser menos limitante.