José “Manolo” Álvarez: Una historia de inclusión, superación y empoderamiento

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Desde su nacimiento, José “Manolo” Álvarez enfrentó el reto de vivir siendo ciego.

Nacido en Santurce, Puerto Rico, Manolo, como todos lo conocen, es un ejemplo vivo de cómo romper barreras y superar expectativas.

Desde su nacimiento, José “Manolo” Álvarez enfrentó el reto de vivir siendo ciego. Criado como el menor de tres hermanos, creció rodeado de amor y apoyo en un hogar donde la verdadera inclusión era una realidad cotidiana. “Mi papá, mi mamá y mis hermanas siempre creyeron en mí. Eso es inclusión: un amor incondicional que me hizo muy feliz en mi infancia”, comparte Manolo con una sonrisa.

Motivación en las adversidades

Para Manolo, los desafíos fueron el combustible que encendió su deseo de superación. Durante su etapa escolar, enfrentó bajas expectativas de algunos maestros que subestimaron su capacidad. “Un maestro de matemáticas decía que esta era muy visual para mí. Eso me molestaba, y como niño, decidí que sería mi clase favorita”, relata.

A través del sistema Braille y con una determinación inquebrantable, demostró que los límites son solo mentales. “Aprendí a creer en mí mismo, no en lo que otros pensaban que yo era”, afirma con convicción.

Una decisión que cambió su vida

En la escuela superior, Manolo enfrentó otro momento crucial cuando una consejera escolar intentó limitar sus aspiraciones. “Me dijo que estudiara algo teórico porque era ciego. Pero yo sabía lo que quería: programación de computadoras. Aunque no tenía idea de qué era, sabía que quería desafiar esa idea”.

Contra todo pronóstico, estudió programación y descubrió su pasión por la tecnología como herramienta para mejorar la vida de las personas. “Desarrollé videojuegos para niños ciegos, mapas de trayectoria de huracanes y aplicaciones de inteligencia artificial que ayudan a personas con discapacidades. La tecnología es igualdad”, destaca.

Un legado de educación e inspiración

Hoy, Manolo es profesor en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras, donde impulsa a sus estudiantes a desafiar sus propios límites. “La educación es la llave para mejores oportunidades. Nos abre puertas y mejora nuestra calidad de vida”, afirma.

Además de su impacto académico, Manolo ha construido una familia que considera su mayor orgullo. “Estoy casado, tengo una hija que está en su segundo año de universidad, y sus logros son mi mayor alegría. Lo mejor que le he dado es mi ejemplo”, comparte emocionado.

Un mensaje para todos

En épocas de retos y reflexión, Manolo tiene un mensaje claro: “Crean en ustedes mismos. No permitan que nadie los etiquete ni los limite. Si mi historia puede inspirarlos, sepan que todo es posible cuando creen en su capacidad”.

José Manuel “Manolo” Álvarez es mucho más que un programador o un educador; es un ejemplo vivo de cómo la perseverancia, el apoyo y la fe en uno mismo pueden transformar vidas y construir un Puerto Rico mejor.

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