Manuel Quiñones, coordinador del programa TIES, es un defensor de la lucha contra la epidemia del VIH en Puerto Rico. En una entrevista reciente, compartió su visión sobre cómo se están implementando estrategias para poner fin a esta crisis desde el municipio de San Juan, Puerto Rico, uno de los lugares más impactados por la enfermedad en la isla.
«Nuestro esfuerzo fundamental es cortar la cadena de transmisión», explicó Quiñones, al detallar que la meta es reducir en un 75% los casos nuevos de VIH para el año 2025 y en un 90% para el 2030. San Juan ha sido seleccionada como parte de una iniciativa federal del gobierno de los Estados Unidos, que focaliza sus recursos en jurisdicciones con alta incidencia de casos, debido a un alarmante aumento en 2016 y 2017.
Con cerca de 4,200 personas diagnosticadas con VIH residiendo en San Juan, el coordinador enfatiza la necesidad de aumentar la conciencia y el acceso a pruebas de detección: «Si la gente no conoce su diagnóstico, no puede tomar acciones para mejorar su salud». Una de las mayores barreras, según Quiñones, es el estigma que aún persiste en torno al VIH, lo que dificulta que muchas personas busquen información y atención.
El programa TIES ha establecido colaboraciones con ocho organizaciones sin fines de lucro y el programa CIA del municipio, facilitando actividades de prueba a casi diario. «Desde pruebas caseras hasta unidades móviles que recorren la ciudad, estamos trabajando para que todos tengan acceso».
Con el objetivo de combatir la enfermedad, se recomienda que todas las personas se realicen pruebas de VIH al menos una vez al año, enfatizando que aquel que esté en contacto con fluidos de otras personas debería considerar hacerse la prueba con mayor frecuencia. Los profesionales de la salud juegan un papel crucial en esta jornada, fomentando conversaciones proactivas sobre las pruebas de VIH con sus pacientes.
Además, el acceso a tratamientos como PrEP (profilaxis previa a la exposición) y PEP (profilaxis posterior a la exposición) ha mejorado. Ambos tratamientos son fundamentales en la estrategia de prevención de VIH y están ganando terreno en Puerto Rico, especialmente tras la reciente inclusión de la cobertura del medicamento PrEP en el plan vital del gobierno.
Por último, Quiñones subrayó la importancia de las instituciones comunitarias y del desarrollo de campañas informativas que superen el estigma, utilizando el lenguaje de las comunidades afectadas y hablando del VIH de manera abierta y regular. «Para erradicar el VIH, debemos hablar del tema continuamente, no solo en días conmemorativos», concluyó.
La lucha contra el VIH en San Juan es un esfuerzo colectivo y continuo, que requiere de la colaboración de todos los sectores para poder alcanzar la meta de reducir las nuevas infecciones. Con estrategias firmes y una comunidad en apoyo, el futuro se presenta esperanzador en la batalla contra esta epidemia.