Las pruebas genómicas transforman el manejo del cáncer de seno: claves, beneficios y retos

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Dr. Luis Báez Vallecillo, oncólogo especialista en malignidades de seno.

Las pruebas genómicas están marcando un antes y un después en el tratamiento del cáncer de seno, ofreciendo una herramienta esencial para la toma de decisiones clínicas más personalizadas y efectivas. Así lo explicó el Dr. Luis Báez Vallecillo durante el primer Congreso Internacional de Senología en Puerto Rico.

«Estas pruebas nos permiten diferenciar entre tumores agresivos y no agresivos, y decidir si una paciente necesita o no quimioterapia», indicó Báez Vallecillo. Aclaró que la genómica se distingue de la genética tradicional: mientras esta última se refiere a lo que heredamos de nuestros padres, la genómica analiza las mutaciones propias del tumor, las cuales surgen en el cuerpo del paciente.

Uno de los puntos clave abordados fue la utilidad de estas pruebas en un contexto donde tanto los tumores como los pacientes son heterogéneos. «Puerto Rico es una población diversa. Estas herramientas nos permiten predecir el pronóstico y la respuesta al tratamiento en distintos grupos», añadió el especialista.

Aunque estas pruebas han sido desarrolladas por más de dos décadas, es ahora cuando comienzan a integrarse más ampliamente en la práctica clínica. Sin embargo, aún enfrentan retos importantes, siendo el principal el costo elevado. «Es crucial usarlas de forma juiciosa para evitar un uso innecesario de recursos», subrayó el doctor.

Durante la discusión, también se tocaron aspectos controversiales, como el mejor momento para realizar la prueba: en la biopsia inicial o tras la cirugía. Además, hay discrepancias sobre en qué grupos etarios y situaciones clínicas deben utilizarse, lo que convierte la decisión en un delicado balance entre ciencia y criterio médico.

Báez Vallecillo recalcó que estas pruebas, aunque altamente validadas, son una herramienta más dentro del proceso clínico. Su interpretación debe complementarse con la experiencia del equipo médico y las expectativas del paciente. “La paciente participa en la decisión, ya que la prueba requiere consentimiento y puede tener un costo o deducible. Muchas veces, evitar la quimioterapia gracias a esta información representa un alivio emocional y físico enorme para ellas”.

Uno de los desafíos actuales es la interpretación de resultados intermedios. “No siempre son blanco o negro. Cuando el riesgo no es claro, se requiere una evaluación detallada y discusión con el paciente para tomar la mejor decisión,” indicó.

Mirando al futuro, el Dr. Báez es optimista. “Ya existen pruebas líquidas, que mediante una muestra de sangre nos permiten analizar el tumor. Se proyecta que, en algún momento, una simple prueba de sangre pueda detectar si una persona tiene o no cáncer, incluso antes de que presente síntomas. Ese será un gran avance para la medicina preventiva”.

Las pruebas genómicas representan hoy una herramienta poderosa y prometedora que permite una oncología más precisa, humana y eficaz.

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