«Los alimentos antiinflamatorios están relacionados a una mejor salud cerebral», Lcda. Figueroa

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Lcda. Lilyana Figueroa, nutricionista dietista

La Lcda. Lilyana Figueroa, nutricionista dietista, señala que una dieta antiinflamatoria se centra en la reducción de la inflamación en el cuerpo a través de la selección cuidadosa de alimentos, lo que promueve una mejor salud y disminuye el riesgo de enfermedades crónicas como las enfermedades cardíacas, la diabetes, la artritis y ayuda a reducir el deterioro cognitivo. Esta estrategia nutricional se ha convertido en un enfoque clave para aquellos que buscan mejorar su bienestar general y prevenir problemas de salud a largo plazo.

“Esta dieta enfatiza el consumo de alimentos integrales y no procesados, tales como frutas, verduras, cereales integrales, nueces y grasas saludables, que son ricos en antioxidantes y otros compuestos antiinflamatorios”, explica la Lcda. Figueroa. Además, destaca que especias como la cúrcuma y el jengibre son reconocidas por sus propiedades antiinflamatorias naturales, desempeñando un papel crucial en la salud de las personas.

La licenciada también resalta la importancia de evitar los alimentos procesados, los azúcares refinados y las grasas trans, ya que su inclusión en la dieta puede exacerbar la inflamación. “Adoptar una dieta antiinflamatoria ofrece una amplia gama de beneficios para la salud. Al reducir la inflamación, esta dieta puede ayudar a aliviar los síntomas de enfermedades crónicas, como el dolor en las articulaciones, y mejorar la función inmunológica en general”, explica la Lcda. Figueroa.

Asimismo, esta dieta favorece una mejor salud cardiovascular al reducir los niveles de colesterol malo y estabilizar los niveles de azúcar en sangre. Los alimentos antiinflamatorios, especialmente aquellos ricos en ácidos grasos omega-3, como el salmón y las semillas de lino, están relacionados con una mejor salud cerebral, lo que potencialmente reduce el riesgo de deterioro cognitivo. “Incorporar estos alimentos en la dieta diaria no solo beneficia al corazón y al sistema inmunológico, sino que también contribuye a mantener la agudeza mental a medida que envejecemos”, agrega.

La licenciada Figueroa enfatiza que el cambio hacia una dieta antiinflamatoria no tiene que ser drástico. “Pequeños ajustes en la alimentación, como elegir snacks de frutas en lugar de galletas procesadas o añadir más verduras a las comidas, pueden tener un impacto significativo en la salud a largo plazo”, sugiere. Además, menciona la importancia de la educación nutricional, especialmente en un mundo donde los estilos de vida sedentarios y las comidas rápidas son cada vez más comunes.

En general, seguir una dieta antiinflamatoria puede conducir a niveles de energía más altos y un bienestar integral. La Lcda. Figueroa anima a la población a informarse y adoptar hábitos alimenticios que favorezcan no solo su salud física, sino también su bienestar mental, creando un estilo de vida más saludable y equilibrado.

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