El Methodist Dallas Medical Center ha desempeñado un papel clave en la atención de pacientes puertorriqueños que requieren trasplantes, consolidando una relación que comenzó hace más de cuatro décadas. Así lo destacó el Dr. Héctor Nazario, jefe de la División de Hepatología en el Methodist Dallas Medical Center, quien resaltó la historia y evolución del programa de trasplantes en la isla durante su participación en el Liver and Kidney Transplant Symposium del Grupo Hospitalario.
“Esto no es algo que empezamos hace unas semanas o unos meses. Hemos trasplantado a un sinnúmero de pacientes puertorriqueños a lo largo de los años”, afirmó el Dr. Nazario. “Nuestro programa comenzó en 1981 y, para 1983, ya habíamos realizado el primer trasplante a un paciente puertorriqueño”.
Según explicó, el vínculo entre Puerto Rico y el hospital surgió gracias a médicos puertorriqueños que realizaron su especialización en UT Southwestern y rotaron en el Methodist Dallas Medical Center, que en ese momento era el único centro en Dallas que realizaba trasplantes de riñón. Estos profesionales mantuvieron el enlace al regresar a la isla, facilitando la llegada de pacientes.
La expansión del programa continuó con el primer trasplante de páncreas y riñón en 1991 y el establecimiento de una oficina en San Juan en el año 2000. “En los inicios, los pacientes se reunían en el garaje de la casa de Sixto Acosta, nuestro coordinador de trasplantes en Mayagüez. Fue ahí donde se orientaban y realizaban los trámites. Con el tiempo, el proceso se formalizó hasta convertirse en lo que es hoy”, explicó Nazario.
El programa ha ido evolucionando y, en 2003, se realizó el primer trasplante de hígado en un paciente puertorriqueño. “Hasta hace poco, muchos de los casos de hígado nos llegaban por recomendación de otros pacientes. La comunidad de trasplantados ha sido clave en este proceso, ayudando a correr la voz sobre nuestras opciones”, comentó el especialista.
Actualmente, el hospital trabaja en expandir aún más sus servicios para atender la creciente demanda de trasplantes de hígado en Puerto Rico. “Queremos que este proceso sea más estructurado y accesible. No solo buscamos compartir el conocimiento médico, sino también fomentar un trasplante en la actitud y la esperanza. Muchos pacientes creen que su condición es el final del camino, y nuestra misión es mostrarles que aún hay opciones y que ellos tienen el poder de decidir sobre su salud”, concluyó el Dr. Nazario.
