La obesidad es una de las principales preocupaciones de salud pública a nivel global, y según la Dra. Alegyari Figueroa, endocrinóloga, especialista en obesidad y metabolismo del Hospital Damas de Ponce, este fenómeno está alcanzando niveles epidémicos. “Actualmente, estamos en niveles epidémicos de obesidad, y se estima que para 2030 la prevalencia podría alcanzar hasta el 50% de la población en Estados Unidos y Puerto Rico”, afirma la especialista.
La Dra. Figueroa explica que la percepción sobre la obesidad ha cambiado significativamente en los últimos años. “Antes, solo se veía como un problema estético, pero ahora entendemos que muchas de las principales causas de fallecimiento, como enfermedades cardiovasculares, diabetes y algunos tipos de cáncer, son consecuencias directas de la obesidad”, comenta. Este cambio ha llevado a un enfoque más preventivo, en el que se busca identificar, diagnosticar y manejar la obesidad desde etapas tempranas.
¿Por qué la obesidad es una condición crónica?
La Dra. Figueroa describe la obesidad como una “condición crónica, multifactorial y recurrente”. Explica que la obesidad no se desarrolla de la noche a la mañana, sino que es el resultado de un proceso gradual. “La cronicidad se refiere a que es algo que se desarrolla con el tiempo, lo que permite que el cuerpo se adapte a ese mal estado, lo que hace que su manejo o reversión sea más complicado”, añade.
Factores de riesgo más allá de la alimentación y el ejercicio
Aunque la mala alimentación y la falta de ejercicio son factores bien conocidos, la Dra. Figueroa señala que la obesidad es el resultado de una combinación de factores. “La obesidad es multifactorial: existen factores genéticos, ambientales, socioeconómicos, familiares, culturales, y más”, explica.
Además, destaca que el estrés y la falta de sueño son dos elementos que agravan la obesidad. “El cortisol, la hormona del estrés, afecta nuestro metabolismo y desencadena un ciclo de aumento de hambre y disminución de saciedad, lo que contribuye a la ganancia de peso”.
Tratamientos y abordaje integral
En cuanto al tratamiento de la obesidad, la Dra. Figueroa señala que no hay soluciones únicas. “El manejo de la obesidad debe ser integral, con un enfoque que incluya cambios en el comportamiento, modificaciones en el estilo de vida, medicamentos y, en algunos casos, cirugía”, explica. También recalca que estos métodos no son efectivos por sí solos. “Ningún tratamiento será efectivo sin el acompañamiento de cambios en el estilo de vida, como la nutrición adecuada y la actividad física”, puntualiza.
En cuanto a la cirugía bariátrica, la Dra. Figueroa explica que antes solo se recomendaba para pacientes con un IMC mayor a 40, pero hoy en día, “si el paciente tiene un IMC de 35 o más, y padece de condiciones metabólicas como diabetes, ya es considerado para cirugía metabólica”.
El rol del ejercicio y la actividad física
La Dra. Figueroa también enfatiza la importancia de la actividad física, aunque aclara que no cualquier tipo de ejercicio basta. “Si realizas una actividad rutinaria, como caminar al trabajo o hacer tareas domésticas, eso es positivo, pero no es suficiente para controlar la obesidad. Es necesario que el cuerpo reciba un estímulo mayor”, recomienda.
Para quienes no tienen tiempo o acceso a un gimnasio, la Dra. Figueroa sugiere opciones accesibles. “Existen recursos en línea, como videos de entrenamiento en casa, que pueden adaptarse a diferentes niveles de condición física. Lo importante es empezar con algo, aunque sea solo 15 minutos al día, e ir aumentando gradualmente”.