La artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria crónica que va más allá de las articulaciones, desencadenando desafíos emocionales significativos para quienes la padecen. El dolor constante y las limitaciones físicas pueden provocar sentimientos de depresión y ansiedad, lo que subraya la importancia de un enfoque integral para su tratamiento.
En conversación con la Dra. Rosaly Cartagena, psicóloga y expresidenta del Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Puerto Rico, se destacó que la conexión entre la salud mental y el manejo del dolor en pacientes con artritis reumatoide ha sido objeto de estudio.
“La parte emocional es crucial para considerar”, afirmó, refiriéndose a la necesidad de un enfoque multidisciplinario que incluya profesionales de la salud mental para acompañar al paciente en su camino hacia el bienestar.
Identificar y fortalecer las redes de apoyo familiar y social resulta fundamental. Contar con un grupo de apoyo, ya sea familiar o entre pares, proporciona un espacio para el entendimiento y la empatía. Además, la implementación de terapias familiares o individuales puede ayudar a los pacientes a enfrentar el dolor y los desafíos de la enfermedad.
La terapia psicológica personalizada, ajustada a las necesidades y objetivos de cada paciente, permite un abordaje más integral. Técnicas de manejo emocional, como la meditación mindfulness y ejercicios de relajación, son herramientas efectivas en el día a día.
Asimismo, practicar la respiración profunda y llevar un diario personal para registrar pensamientos y emociones son estrategias simples, pero poderosas que facilitan el afrontamiento del dolor. “La relación entre el estado emocional y los síntomas físicos es profunda; quienes manejan mejor su salud mental tienden a tener un mayor control del dolor”, agregó la experta.
La nutrición también desempeña un papel crucial en el manejo de la artritis reumatoide. La dieta mediterránea, rica en antioxidantes, grasas saludables y alimentos antiinflamatorios, ha demostrado ser beneficiosa para los pacientes.
“Los alimentos procesados y altos en azúcares son los principales enemigos de quienes sufren esta condición”, advirtió la Dra. Cartagena, quien recomendó priorizar el consumo de frutas, verduras, pescados ricos en omega-3 y cereales integrales para reducir la inflamación y mejorar el bienestar general.
Personalizar los planes alimenticios es esencial, ya que cada paciente tiene diferentes necesidades nutricionales. “Un plan individualizado puede marcar la diferencia en el control del dolor y la rigidez articular”, señaló la doctora, destacando también la importancia de mantener un peso saludable para disminuir la inflamación y la carga en las articulaciones.
La combinación de apoyo emocional y nutricional ofrece una perspectiva integral para quienes enfrentan la artritis reumatoide. “Somos seres integrales, y cubrir todas estas bases mejora la calidad de vida de los pacientes”, concluyó.
Además, la Dra. Cartagena subrayó la necesidad de normalizar la búsqueda de ayuda psicológica y adoptar patrones alimentarios saludables como pasos clave para un manejo efectivo de la enfermedad, promoviendo no solo la salud física, sino también el bienestar emocional.