Una paciente femenina de 32 años acudió a consulta dermatológica por la aparición progresiva de placas alopécicas en el cuero cabelludo, acompañadas de prurito, sensibilidad local y descamación. Con el paso de los meses, notó zonas sin crecimiento capilar y cambios en la coloración de la piel.
Durante la evaluación clínica se observaron placas eritematodescamativas con atrofia epidérmica, hipopigmentación central e hiperpigmentación periférica, características compatibles con lupus eritematoso discoide (LED), una forma específica y crónica de lupus cutáneo.
La dermatoscopia evidenció puntos amarillos y rojos foliculares, así como vasos arboriformes finos, hallazgos que, junto con la prueba de pilotracción positiva, confirmaron la sospecha de una alopecia cicatricial activa. La biopsia del cuero cabelludo mostró una dermatitis de interfase vacuolar con engrosamiento de la membrana basal e infiltrado linfocitario perianexial, confirmando el diagnóstico de lupus eritematoso discoide.
Un caso que resalta el valor del reconocimiento precoz
El LED representa una de las causas más frecuentes de alopecia cicatricial linfocítica, con potencial riesgo de progresar hacia lupus eritematoso sistémico (LES). Su detección temprana permite iniciar tratamientos oportunos que eviten la destrucción irreversible de los folículos pilosos.
En este caso, se inició manejo con antimaláricos, corticosteroides tópicos e intralesionales, y posteriormente inhibidores de la calcineurina en las zonas con atrofia cutánea. Tras varios meses de seguimiento, se observó mejoría clínica y estabilización de las lesiones, evitando la progresión de la alopecia.
Reflexión clínica
El compromiso del cuero cabelludo en pacientes con lupus no solo tiene implicaciones estéticas, sino también emocionales y pronósticas. Hasta un 80 % de los pacientes con LES puede presentar manifestaciones dermatológicas, y la alopecia no cicatricial incluso fue incluida en los criterios diagnósticos internacionales por su alta especificidad.
Este caso subraya la importancia del enfoque interdisciplinario entre dermatología, reumatología y patología, así como del uso complementario de la dermatoscopia e histopatología en la práctica clínica. La detección precoz, acompañada de un tratamiento adecuado, puede preservar la salud capilar y mejorar la calidad de vida de los pacientes con lupus eritematoso.
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