«Totalmente evitable»: paciente queda paralizado tras accidente cerebrovascular no diagnosticado

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Jonathan Buckelew, un joven de 34 años. Crédito: NEW YORK POST.

Jonathan Buckelew, un joven de 34 años, vivirá el resto de sus días sin poder moverse ni hablar, a causa de un accidente cerebrovascular que los médicos no lograron diagnosticar a tiempo. 

La negligencia médica, que según su abogado fue “completamente evitable”, le causó el devastador síndrome de enclaustramiento. Tras una larga batalla legal, Buckelew fue indemnizado con 75 millones de dólares por daños y perjuicios. 

El 26 de octubre de 2015, Jonathan fue llevado de urgencia al Hospital North Fulton luego de perder el conocimiento durante un ajuste quiropráctico en el cuello. Pese a mostrar signos evidentes de un accidente cerebrovascular, el equipo médico no activó las alertas necesarias ni siguió los protocolos establecidos. Como resultado, el daño cerebral progresó sin intervención adecuada.

“Este caso es desgarrador porque la parálisis y el daño cerebral de Jonathan eran completamente evitables”, declaró Lloyd Bell, abogado del paciente, tras conocerse en marzo la decisión del Tribunal de Apelaciones de Georgia de confirmar el fallo a favor de su cliente.

Según Bell, “si el conjunto de profesionales de la salud involucrados en el cuidado de Jonathan hubiera actuado de acuerdo con el estándar de atención, hubiera detectado y tratado su accidente cerebrovascular a tiempo y se hubiera comunicado de manera más eficaz, la vida de Jonathan sería completamente diferente”.

La demanda fue interpuesta contra el quiropráctico que realizó el ajuste, el hospital, el médico de urgencias Dr. Matthew Womack, el radiólogo James Waldschmidt y el neurólogo Christopher Nickum. Todos fueron acusados de no detectar el accidente cerebrovascular de Jonathan, cuya intervención temprana habría podido cambiar su destino.

El tribunal estatal del condado de Fulton halló culpables de negligencia médica a Womack y Waldschmidt. Womack fue condenado a pagar 40 millones de dólares. La compensación total para Jonathan se dividió en 29 millones por gastos médicos y 46 millones por el dolor y sufrimiento causado.

Desde entonces, Jonathan depende de sus padres, Jack y Janice, quienes transformaron su hogar en un centro de atención permanente. El joven solo puede comunicarse a través de movimientos oculares y un teclado que maneja con la nariz.

«Realmente siento que no hay justicia real para alguien que perdió todos los aspectos de su vida», expresó su padre Jack a Atlanta News First, afiliada de CBS. “Él quiere hacer cosas, quiere ir a lugares; nos rompe el corazón verlo así”, añadió. “Hay días en los que dice ‘desenchufa’, así que esos son los días difíciles”.

Bell responsabilizó directamente al personal del hospital por no aplicar los protocolos. “El médico de urgencias vio que este paciente tenía todos estos signos y síntomas de un derrame cerebral y nunca emitió una alerta de derrame cerebral, y tenían políticas establecidas que se suponía que debían seguir ciertos protocolos para llegar al diagnóstico correcto, y no siguieron sus políticas y procedimientos”, afirmó.

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