Un reciente reporte de caso publicado ha puesto de relieve la importancia crucial de la sospecha clínica ante el síndrome HELLP, una rara y potencialmente mortal complicación del embarazo.
El caso documentado detalla a una mujer de 29 años que, tras un diagnóstico inicial erróneo, sobrevivió a una ruptura hepática masiva y hemorragia torácica, complicaciones directamente asociadas con este síndrome.
Un diagnóstico tardío y consecuencias graves
La paciente ingresó a las 37 semanas de gestación con un dolor epigástrico repentino y, trágicamente, con la muerte fetal intrauterina. Debido a su historial de colelitiasis, los médicos inicialmente diagnosticaron la situación como un cólico biliar. Este error retrasó el diagnóstico del síndrome HELLP, lo que permitió que las complicaciones progresaran sin ser detectadas.
Tras una cesárea de emergencia, se descubrió la gravedad real de la situación: una ruptura del lóbulo hepático izquierdo con una pérdida de sangre de hasta 3,000 ml. A pesar de los esfuerzos quirúrgicos iniciales para detener la hemorragia, la paciente entró en un shock hemorrágico refractario, lo que requirió una urgente embolización arterial transcatéter (ETA) para controlar el sangrado.
En el postoperatorio, su condición se complicó con una hemorragia torácica, una manifestación del síndrome HELLP. El equipo médico, en una respuesta rápida y coordinada, manejó esta nueva complicación con transfusiones sanguíneas y drenaje.
Gracias a la atención médica intensiva y multidisciplinaria, la paciente se estabilizó después de 48 días de tratamiento y fue dada de alta. Este caso ilustra un resultado exitoso, aunque poco común, en circunstancias difíciles.
El reporte de caso concluye con una clara llamada a la acción para la comunidad médica. Destaca la necesidad de mantener una alta sospecha clínica para las complicaciones del síndrome HELLP, como la ruptura hepática y la hemorragia torácica, especialmente en pacientes embarazadas que presentan dolor abdominal superior.
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