Un equipo de médicos residentes y pediatras del Hospital de la Mujer y el Niño de Puerto Rico ha identificado una asociación significativa entre la dermatitis atópica (DA) y la obesidad en pacientes pediátricos, señalando la urgencia de implementar cribados metabólicos tempranos en la isla.
El estudio, liderado por los doctores Nahil Maldonado Meléndez, Jim X. Sánchez Díaz, Iona Malinow y Mariely Agosto, analizó datos de más de 4,500 niños entre 2 y 18 años atendidos en los municipios de Barranquitas, Bayamón, Comerío, Corozal, Naranjito, Orocovis y Toa Alta. La investigación reveló que los niños diagnosticados con dermatitis atópica tenían un 25% más de probabilidades de ser obesos que aquellos sin la condición.
Un problema creciente en la niñez
La dermatitis atópica, una enfermedad inflamatoria crónica de la piel caracterizada por picor intenso y lesiones tipo eczema, afecta aproximadamente al 10.7% de los niños en Estados Unidos. En Puerto Rico, este porcentaje alcanzó un 17.4% en la población estudiada.
Al comparar a los pacientes con DA con sus pares sin la condición, el análisis evidenció una mayor prevalencia de obesidad: 27.1% frente a 24.1%. Asimismo, el modelo estadístico mostró que los factores de mayor riesgo fueron la edad, el sexo masculino y la presencia de dermatitis atópica, con un odds ratio (OR) de 1.25 para esta última.
Vínculos entre la piel y el metabolismo
Los investigadores explican que la obesidad genera un estado inflamatorio crónico en el cuerpo, mediado por sustancias como la leptina y citocinas inflamatorias (IL-6, IL-17), que deterioran la barrera cutánea y exacerban la inflamación. Además, la reducción de adiponectina —una hormona antiinflamatoria— y la alteración en la expresión de filagrina agravan aún más los síntomas de la dermatitis.
Llamado a la acción
El equipo del Hospital de la Mujer y el Niño recomienda que se integre el cribado metabólico rutinario en la atención primaria de pacientes con DA. Detectar y tratar tempranamente la obesidad podría reducir las exacerbaciones cutáneas y prevenir futuras complicaciones crónicas en la salud infantil.
Con estos hallazgos, Puerto Rico se posiciona a la vanguardia de los estudios sobre salud pediátrica integral, resaltando la necesidad de enfoques interdisciplinarios que combinen dermatología, pediatría, endocrinología y salud pública.