Autora: Dra. Maricelly Santiago Ortiz
Científica, Embajadora y Doctora en Ciencias Biomédicas y Oncología
Puerto Rico se enfrenta todos los años a la temporada de huracanes. Dicha temporada trae retos para todos los pacientes que han sido diagnosticados con al menos una enfermedad crónica. Sin embargo, cabe destacar que cada uno de estos eventos atmosféricos llenan de incertidumbre a la población oncológica y a sus familiares, debido al cuidado crítico que los mismos necesitan.
Es por esto que la herramienta más poderosa es la orientación, la preparación de un buen plan de contingencia, plan de cuidado, buena higiene y alimentación, y por supuesto la ejecución del mismo.
Los pacientes que están en mayor riesgo por su condición son: los que se encuentran recibiendo tratamientos con drogas inmunosupresivas durante los últimos 3 meses ó la quimioterapia activa, pacientes con malignidades en la sangre, pacientes con historial de trasplante de médula ósea en los últimos 6 meses, pacientes que tienen sus pulmones comprometidos, pacientes diagnosticadas con cáncer de seno en estadío de metástasis y se encuentran recibiendo tratamiento activo y pacientes que se encuentren participando en ensayos clínicos de nuevos tratamientos para combatir el cáncer.
Se sugiere altamente que los pacientes de cáncer no detengan sus tratamientos oncológicos convencionales. Es por esto que la comunicación con el oncólogo es muy importante para que en caso que haya que hacer ajustes se pueden hacer con el consentimiento y guía del oncólogo. Cada especialista que esté atendiendo a dichos pacientes, tomará también acción en este asunto para que los tratamientos no se vean comprometidos ni la mejoría del paciente.
Si la familia decide quedarse en su casa durante el evento atmosférico, se vuelve bien importante que los cuidadores de los pacientes oncológicos puedan identificar un cuarto solamente para el paciente de cáncer. De esta manera, el paciente tiene su propio espacio y ayuda a que tanto el paciente como su familia puedan guardar el distanciamiento. Esto se vuelve crítico, al igual que trabajar y fomentar la desinfección de todas las superficies y establecer prácticas de higiene personal más rigurosas.
En adición, asegúrese de que todas las carnes y alimentos estén cocidas por completo y que todas las frutas y verduras hayan sido lavadas con agua potable, no coma alimentos cocidos que hayan quedado a temperatura ambiente por más de 2 horas, consumir agua potable, de lo contrario, hierva el agua durante un minuto completo y deje que se enfríe antes de tomarla.
Otra sugerencia importante es que el paciente pueda hablar con anticipación con un familiar, amigo o contacto de confianza si necesita ser trasladado a un refugio. De esto ocurrir, debe contactar de inmediato al coordinador del refugio y explicarle su condición, el estadío de su cáncer y en qué etapa de su plan de tratamiento se encuentra. Algunos refugios tienen áreas separadas para personas con necesidades médicas especiales, discapacidades o para poblaciones susceptibles.
Tampoco podemos olvidar las cubiertas médicas. Se sugiere que antes de la emergencia, el paciente pueda charlar con algún representante de su cubierta médica y compartirle si se estará quedando en su casa o fuera de la casa con algún familiar. Esto servirá para poder reubicar o asistir al paciente en caso que debido al desastre el centro de tratamiento esté fuera de servicio.
Recuerde que toda la familia de un sobreviviente de cáncer ante un evento atmosférico se ve altamente impactada porque deben de prepararse en ocasiones con más esfuerzo que otras familias. Todo lo que sea importante para el paciente y su familia, se recomienda que las mantengan en su bulto de sobrevivencia. En este bulto, pueden guardar todos los artículos que son necesarios para ellos. ¡Prepárate y toma acción con los planes de contingencia a tiempo y no arriesgue su calidad de vida!