La sangre no solo transporta oxígeno y nutrientes: también defiende, regula y adapta el organismo. A continuación, descubre siete aspectos asombrosos que demuestran su complejidad y relevancia clínica.
1. Un tejido líquido… que se vuelve sólido
Aunque la sangre es un fluido, en realidad es un tejido conectivo, compuesto por células (glóbulos rojos, blancos y plaquetas) y una matriz líquida (plasma). Cuando hay una herida, el sistema de coagulación convierte ese líquido en un tapón sólido, primero con plaquetas y luego con redes de fibrina, evitando hemorragias. La proporción aproximada es 45 % células y 55 % plasma, y su equilibrio es vital: valores alterados indican anemia u otras patologías.
2. Va y viene: cambia su volumen a lo largo del día
¿Sabías que el volumen de sangre no es constante? Antes del almuerzo suele registrarse el pico más alto. Además, durante el embarazo puede aumentar hasta un 50 % para sostener al feto y facilitar el intercambio con la placenta. En adultos, este volumen varía: los hombres suelen tener entre 5 y 6 litros, y las mujeres, entre 4 y 5 litros .
3. Más de cuatro tipos sanguíneos
Más allá de A, B, AB y O, también existe el factor Rhesus (Rh): positivo o negativo. Esta clasificación es crucial para la compatibilidad en transfusiones y trasplantes, ya que anticuerpos anti‑Rh pueden producir reacciones graves si no hay coincidencia .
4. Un sistema que se autorreproduce sin pausa
El cuerpo genera en torno a 2 millones de glóbulos rojos por segundo en situaciones normales, cifra que puede multiplicarse al vivir en zonas de altura o perder sangre. Tras una donación de aproximadamente 470 mL, se necesitan cerca de 12 semanas en hombres (16 en mujeres) para recuperar el volumen perdido .
5. Cada componente tiene fecha de caducidad
En medicina se separa la sangre donada en componentes:
- Glóbulos rojos: hasta 6 semanas
- Plaquetas: solo unos días, por lo que se necesita donaciones constantes
- Plasma: puede congelarse por hasta 1 año
Esto permite tratamientos más específicos y eficientes .
6. Sangre artificial: un objetivo en desarrollo
Se han creado sustitutos para transportar oxígeno, como los portadores de hemoglobina (HBOC) y los derivados de perfluorocarbonos (PFC). Aunque algunos se usan en urgencias o ensayos clínicos, aún no replican todas las funciones de la sangre natural, como la coagulación o respuesta inmune. Su ventaja: no requieren tipificación sanguínea, son más estables y seguros frente a infecciones.
Un ejemplo prometedor es Hemopure (HBOC), usado en Sudáfrica; otro, Oxygent (PFC), aún en pruebas.
7. No toda la sangre es roja
En la naturaleza, existen versiones muy sorprendentes:
- Los peces de hielo tienen sangre transparente, carente de hemoglobina.
- Algunas especies de lagartos (como ciertos escíncidos) tienen sangre verde.
- Gusanos y moluscos (gusanos cacahuetes) poseen sangre morada o amarilla.
Estos colores extraños se deben a diferentes moléculas transportadoras de oxígeno adaptadas a ambientes únicos.
Más funciones biomédicas de la sangre
Más allá del transporte, la sangre:
- Regula la temperatura corporal gracias a la circulación y calor del plasma.
- Actúa como escudo inmune, con los glóbulos blancos enfrentando infecciones .
- Ayuda a mantener el pH, equilibrio hidroelectrolítico y detoxificación metabólica.
- Funciona como barómetro de salud: el análisis sanguíneo es clave para detectar condiciones desde diabetes y colesterol hasta inflamación o fallos en órganos .
La temperatura y su efecto en la coagulación
La capacidad de la sangre para formar coágulos también está influenciada por la temperatura, especialmente durante intervenciones quirúrgicas bajo enfriamiento. Por ejemplo, a temperatura corporal reducida (34 °C), la coagulación se vuelve menos eficaz, lo que se refleja en pruebas clínicas como TEG y puede aumentar el riesgo de hemorragia.
Este conocimiento es fundamental en anestesia y cirugía para prevenir sangrados excesivos.
El líquido precioso de la medicina
La sangre es mucho más que un fluido: es un sistema sofisticado que se adapta y responde a las demandas del cuerpo. Estos siete aspectos destacan su complejidad y relevancia para la medicina. Tal comprensión ayuda a pacientes y médicos a valorar aún más la importancia de la donación, el control de los tratamientos que alteran la sangre y los esfuerzos científicos para desarrollar sustitutos por si faltara.