H. pylori: La bacteria que derribó el mito del estrés como causa de la gastritis

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El descubrimiento de Helicobacter pylori transformó la medicina gástrica, permitiendo a millones de personas superar enfermedades que antes carecían de tratamiento eficaz.

Durante décadas, el estrés fue señalado como la causa principal de las úlceras de estómago y la gastritis. Sin embargo, en 1979, el australiano Robin Warren descubrió una bacteria que desafiaría esta creencia: Helicobacter pylori. Junto a su colega Barry Marshall, quien llegó a ingerir la bacteria para demostrar su papel en las enfermedades gástricas, revolucionaron la comprensión y tratamiento de estas dolencias, un hallazgo que les valió el Premio Nobel en 2005.

Estadísticas a nivel mundial de la H. pylori

Hoy, se estima que más del 50 % de la población mundial alberga esta bacteria en su estómago. En España, el porcentaje ronda entre el 40 % y el 50 %, aunque podría estar disminuyendo gracias a la detección precoz y los tratamientos. H. pylori se transmite por vía fecal-oral en países con menores condiciones higiénicas y por vía gastro-oral en regiones desarrolladas.

“Aún no sabemos con certeza cómo ocurre el contagio”, explica Javier Gisbert, experto del Hospital Universitario La Princesa y coordinador de la Guía de Consenso sobre H. pylori de Maastricht/Florencia. “En los países desarrollados, los niños infectados podrían transmitirla a los adultos mediante vómitos”, agrega.

Antes de su descubrimiento, se creía que el estómago era un órgano estéril debido a su alta acidez. Sin embargo, H. pylori ha desarrollado estrategias para sobrevivir: utiliza una enzima llamada ureasa que neutraliza el ácido y se refugia en la capa de moco del estómago. Además, evade el sistema inmunitario al adherirse a las células gástricas.

Diagnóstico y tratamiento para esta bacteria

La infección se detecta con pruebas no invasivas como el test de aliento o los antígenos en heces. Una vez confirmada, se prescribe una terapia de combinación: antibióticos junto con inhibidores de la bomba de protones durante 10 a 14 días. “El cumplimiento del tratamiento es clave para garantizar su eficacia”, enfatiza Gisbert.

¿Cuáles son los avances y retos?

Desde su descubrimiento, la investigación sobre H. pylori no se ha detenido. Proyectos internacionales estudian su genoma para trazar su origen y comprender por qué algunas cepas son más virulentas que otras. “Aunque la mayoría de los infectados no presentan síntomas graves, la bacteria puede provocar úlceras y, en casos extremos, cáncer gástrico”, advierte el doctor Blas Gómez Rodríguez, del Hospital Virgen Macarena en Sevilla.

El manejo de la infección también enfrenta retos, como el aumento de resistencias a los antibióticos. Por ello, se están desarrollando tratamientos personalizados basados en la resistencia bacteriana y la genética del paciente.

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