En América Latina y el Caribe, las cataratas son la principal causa de pérdida de visión y ceguera en personas mayores de 60 años, según datos recopilados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Esta situación ha llevado a la necesidad de mejorar el manejo de las enfermedades del cristalino y la retinopatía diabética, ya que esta última ha incrementado las preocupaciones sobre la salud visual en una región que está envejeciendo.
El estudio fue publicado en la Revista Panamericana de Salud Pública y se basó en el análisis de datos epidemiológicos del año 2020, obtenidos de dos bases de datos: el Vision Atlas de la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera y la Evaluación Rápida de la Ceguera Evitable.
El Dr. João Furtado, oftalmólogo, profesor de la Universidad de São Paulo, consultor en salud sensorial para la OPS y uno de los autores de la investigación señaló esté problema sanitario: «Hay prevalencia más alta de ceguera y deficiencia visual (en poblaciones de edad avanzada) que en aquellas más jóvenes. Y aunque (en Latinoamérica y el Caribe) tengamos aumento de la importancia de causas crónicas de ceguera, existe mucho espacio para mejorar en relación a la cobertura y resultados quirúrgicos de las cirugías de catarata en la región, lo que impactaría mucho la calidad de vida de la población mayor».
La investigación reveló, para toda la región y específicamente en este grupo etario, tasas de discapacidad visual moderada a grave y ceguera del 14,14 % y 2,94 %, respectivamente. Sin embargo, se encontraron diferencias significativas en los niveles de ceguera entre países, con una tasa más alta (3,89 %) en la subregión tropical de América Latina (Brasil y Paraguay) y la más baja en Argentina, Chile y Uruguay (0,96 %).
Los autores del artículo señalaron que la prevalencia de ceguera encontrada en el estudio fue, en promedio, un 46,4 % más alta que la estimada para personas de 50 años o más, lo que resalta la necesidad de establecer políticas de salud pública específicas para las personas mayores.
Otro aspecto preocupante fue el limitado acceso a cirugías de cataratas y los resultados posquirúrgicos que aún no alcanzan niveles óptimos para este grupo de pacientes. Este último punto se ilustró a través del indicador de cobertura quirúrgica efectiva para cataratas. Aunque se observó una gran disparidad entre países en este indicador, con valores que variaban del 4 % en Guatemala al 75 % en Surinam, ninguno de ellos logró superar el porcentaje mínimo recomendado (80 %) en ciertos programas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«La mayoría de los estudios y estimaciones utiliza el grupo etario de 50 años o mayores, pero las personas de 60 años o mayores tienen algunas características diferentes, por ejemplo, mayor importancia de enfermedades crónicas, tratamientos más costosos, menores posibilidades de restauración de la visión o mayor necesidad de Servicios de Rehabilitación», puntualizó el Dr. Furtado. Destacando que «si no mejoramos la cobertura de los Servicios Quirúrgicos, con el aumento y envejecimiento poblacional en las próximas décadas tendremos un impacto aún mayor en la población».
El Dr. Víctor Reviglio, médico oftalmólogo y profesor de la cátedra de oftalmología y jefe de Servicio en el Instituto de la Visión Cerro, en el Sanatorio Allende Cerro, destacó que las investigaciones en salud pública son «fundamentales» para lograr mejoras significativas en el bienestar de las comunidades, especialmente en áreas geográficas vulnerables. «Nos permite identificar los problemas de salud, entender sus causas y así poder desarrollar estrategias para prevenir enfermedades. Toda esta información sirve para implementar políticas basadas en la evidencia, como lo demuestra este artículo médico. Lo resumiría como una herramienta esencial en salud pública».
El especialista, quien no participó en el estudio, añadió que para optimizar la salud visual de la población en la región es necesario establecer una colaboración estrecha entre los sistemas de salud, los médicos de atención primaria y los oftalmólogos. «Detectar problemas de visión de forma temprana y garantizar el acceso a tratamientos efectivos puede prevenir la ceguera y mejorar la calidad de vida de millones de personas».
En Latinoamérica, la principal causa de problemas de visión y ceguera en personas mayores son las cataratas
Aunque esta enfermedad está relacionada con el envejecimiento, se cree que otros factores como la etnia, la genética, el tabaquismo, la exposición a la radiación solar y la diabetes también influyen en la alta incidencia de casos en la región.
La cirugía es el único tratamiento que puede devolver la visión por completo a pacientes con cataratas que no tengan otras enfermedades oculares. A pesar de ser una cirugía segura y rentable, aún existen desigualdades en el acceso y variaciones en los resultados para los pacientes en Latinoamérica.
«Aunque la cirugía de cataratas es eficaz y en ciertos países puede ser costeable, la cobertura quirúrgica es baja y desigual en la región. Esto se debe a falta de infraestructura, pocos recursos humanos y desigualdades geográficas y económicas significativas. Y es algo que resulta muy preocupante y de alto impacto, no solo en salud pública, sino también en las áreas social y económica», manifestó el Dr. Reviglio.
Además de las cataratas, hay otras enfermedades que también afectan la visión de los adultos mayores, como el glaucoma, la degeneración macular y los problemas de refracción. Sin embargo, la retinopatía diabética está recibiendo más atención debido a su complejidad y al aumento de casos que se esperan en el futuro.
«Con el aumento y envejecimiento poblacional, además del aumento de la obesidad y de la prevalencia de diabetes, hay preocupación con lo que pasa y lo que se estima que ocurrirá con los casos de retinopatía diabética en la región. Esta enfermedad tiene el potencial de causar ceguera en una edad más joven que las cataratas en un momento de la vida en que la persona podría ser muy productiva y en consecuencia vivirá más tiempo con baja visión», informó el Dr. Furtado.
La integración de la salud visual en la atención primaria es fundamental para mejorar los resultados de las investigaciones sobre esta área. El equipo autoral ha propuesto diversas recomendaciones, como aumentar los servicios de oftalmología centrados en la cirugía de cataratas y la corrección de errores de refracción. También se enfatiza la importancia de la telemedicina para el seguimiento de enfermedades como la retinopatía diabética y el glaucoma. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) está desarrollando documentos para facilitar esta integración, complementando iniciativas como el programa de salud visual del ICOPE y SPECS 2030, que buscan eliminar barreras en el acceso a servicios de corrección visual.
El Dr. Reviglio destacó la importancia de realizar exámenes básicos de agudeza visual y promover revisiones oftalmológicas regulares en personas mayores de 60 años dentro de la atención primaria. También subrayó la necesidad de educar a los pacientes sobre el control de enfermedades crónicas, como la diabetes y la hipertensión, para prevenir complicaciones visuales y fomentar hábitos saludables. Finalmente, mencionó la relevancia de utilizar la telemedicina para mejorar el acceso a la atención ocular, especialmente en zonas remotas.