Medicina nuclear transforma el diagnóstico de tumores cerebrales y enfermedades neurodegenerativas

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Dr. Gerardo Cortés, jefe del servicio de medicina nuclear de la Clínica El Country.

La medicina nuclear está marcando un antes y un después en el diagnóstico y seguimiento de enfermedades del sistema nervioso en Colombia. Así lo explicó el doctor Gerardo Cortés, jefe del servicio de medicina nuclear de la Clínica El Country, quien destacó la incorporación de nuevas herramientas diagnósticas que benefician tanto a pacientes con tumores cerebrales como a aquellos que padecen trastornos del movimiento.

“En Colombia y en Bogotá estamos innovando con imágenes moleculares específicas para diagnóstico y seguimiento de enfermedad neuro-oncológica, así como para el estudio de enfermedades relacionadas con trastornos del movimiento. Lo hacemos con radiotrazadores como el Fluor 18-FET y el Fluor 18-Dopamina, que llegaron para mejorar el estudio de estas enfermedades y, por consiguiente, el tratamiento de los pacientes”, afirmó Cortés.

Uno de los avances más relevantes es el PET con Fluor 18-FET, un estudio que permite analizar el comportamiento biológico de tumores cerebrales como el glioblastoma. Según el especialista, “esta técnica no viene a suplantar otras, sino a complementarlas. Podemos detectar enfermedad cuando otras herramientas tienen dudas o no la identifican, lo que nos ayuda a dar respuestas más precisas a los médicos tratantes”.

El estudio es clave, por ejemplo, al diferenciar entre una recaída tumoral y las secuelas que deja la radioterapia. “Las lesiones tumorales toman y metabolizan el aminoácido radiomarcado de una manera distinta a las benignas. Esa diferencia nos permite precisar con alta certeza si la lesión es maligna o benigna”, explicó el doctor.

Además de mejorar el diagnóstico, el PET-FET contribuye directamente a la planificación de terapias. “El estudio me permite mostrar con precisión el sitio anatómico para una biopsia, planear radioterapia con una volumetría muy específica o incluso orientar una cirugía. Es un examen muy completo que facilitará el tratamiento de los pacientes”, añadió.

En el campo de los trastornos del movimiento, Bogotá también cuenta ahora con el PET con Fluor 18-Dopamina, herramienta útil en la diferenciación de la enfermedad de Parkinson idiopática frente a otros tipos de temblores. “Este estudio evalúa la vía nigroestriada, clave en el cerebro. Con ello podemos darle al clínico la certeza diagnóstica de que se trata de Parkinson y no de un temblor esencial”, señaló Cortés.

El especialista resaltó que esta técnica también tiene aplicaciones en neonatología y oncología. “En casos de hipoglucemia congénita, el Fluor 18-Dopa nos permite localizar con precisión la zona del páncreas afectada, lo cual es vital para definir un tratamiento quirúrgico. También es útil en tumores neuroendocrinos raros, como el cáncer medular de tiroides, ayudando a estadificar la enfermedad con más exactitud”, detalló.

Aunque estas herramientas no son nuevas a nivel mundial, su incorporación en Bogotá representa un hito para la práctica clínica. “Es un cambio en la perspectiva de la enfermedad, porque no solo ayuda al clínico a estadificar, sino también a seguir mejor la evolución del paciente. Es una mejora muy grande que tendrá el sistema de salud y la clínica en general”, aseguró.

Mirando al futuro, el doctor Cortés se mostró optimista: “En unos dos años veo estas técnicas integradas en los servicios de salud, trabajando de la mano con cirujanos y oncólogos para tomar mejores decisiones. Su mayor disponibilidad permitirá impactar aún más en la calidad de vida de los pacientes”.

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