¿Cómo medir el envejecimiento de órganos a través de un análisis de sangre?

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La composición de la sangre cambia con la edad, y algunos estudios sugieren que transfusiones de sangre joven pueden revertir parcialmente signos de envejecimiento en órganos y tejidos.

El envejecimiento es un proceso complejo que afecta a todo el cuerpo, pero no todos los órganos envejecen al mismo ritmo. Mientras que algunos pueden mantenerse en buen estado por más tiempo, otros pueden deteriorarse rápidamente y contribuir a la aparición de enfermedades relacionadas con la edad. Un estudio reciente ha demostrado que medir el envejecimiento biológico de los órganos a través de un análisis de sangre podría predecir el riesgo de enfermedades con décadas de antelación.

¿Cómo funciona la evaluación del envejecimiento de los órganos?

Científicos del Colegio Universitario de Londres han desarrollado una técnica que permite medir la edad biológica de nueve órganos clave: el corazón, los vasos sanguíneos, el hígado, el sistema inmunológico, el páncreas, los riñones, los pulmones, los intestinos y el cerebro, además de una evaluación general del cuerpo. Para ello, analizaron muestras de sangre recolectadas de más de 6,200 adultos de mediana edad en el estudio Whitehall II, iniciado en 1985.

El estudio emplea biomarcadores en sangre, es decir, indicadores medibles que reflejan el estado de salud de un órgano en particular. En el pasado, evaluar estos biomarcadores de manera individual era costoso y poco eficiente. Sin embargo, los avances en la tecnología proteómica han permitido analizar simultáneamente miles de proteínas en una sola muestra de sangre, lo que ofrece una imagen más precisa y accesible del estado de los órganos.

¿Por qué es importante conocer la edad biológica de los órganos?

Los investigadores realizaron un seguimiento de los participantes durante 20 años y encontraron que aquellos con órganos que envejecían rápidamente tenían un mayor riesgo de desarrollar enfermedades específicas. Por ejemplo:

  • Un corazón con envejecimiento acelerado aumentaba el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
  • Pulmones envejecidos rápidamente estaban asociados con enfermedades respiratorias, como EPOC y cáncer de pulmón.
  • Un sistema inmunológico envejecido predecía un mayor riesgo de demencia, lo que sugiere un vínculo entre la inflamación y las enfermedades neurodegenerativas.
  • Un envejecimiento acelerado de los riñones estaba relacionado con un mayor riesgo de enfermedades vasculares, diabetes tipo 2 y enfermedades hepáticas.

Estos hallazgos resaltan la interconexión entre los órganos: cuando uno envejece más rápido de lo normal, puede desencadenar problemas en otros sistemas del cuerpo.

Implicaciones para la medicina preventiva

La capacidad de predecir enfermedades con décadas de anticipación podría revolucionar la medicina preventiva. En lugar de esperar a que aparezcan síntomas, los médicos podrían intervenir antes con estrategias personalizadas según el riesgo de cada paciente. Esto podría incluir cambios en el estilo de vida, medicamentos o terapias específicas dirigidas a ralentizar el envejecimiento de órganos vulnerables.

El profesor Mika Kivimaki, autor principal del estudio, destaca que «en los próximos años, análisis de sangre como este podrían desempeñar un papel crucial en la prevención de numerosas enfermedades». En el futuro, la medicina podría centrarse en prolongar la salud de los órganos en lugar de solo tratar enfermedades una vez que ya se han manifestado.

Este tipo de investigación allana el camino para una atención médica más personalizada y efectiva, lo que podría mejorar la calidad de vida y prolongar la longevidad de millones de personas en el mundo.

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