Cada 4 de marzo, el mundo conmemora el Día Mundial de la Obesidad, una fecha dedicada a sensibilizar y educar sobre este creciente problema de salud pública. A pesar de los avances, la obesidad sigue siendo un tema rodeado de estigmas y malentendidos. Expertos en salud señalan que la lucha no solo debe centrarse en la prevención, sino también en desmitificar sus causas y consecuencias, y en generar un cambio cultural que permita un abordaje más inclusivo y eficaz.
La obesidad como un problema multifactorial
La Dra. Milliette Alvarado, endocrinóloga y catedrática en el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, enfatiza que la obesidad es una condición multifactorial. “Su origen no se limita solo a la alimentación y los estilos de vida”, señala, explicando que factores genéticos, ambientales, psicosociales y fisiológicos también juegan un papel crucial en el aumento de tejido graso.
Con un llamado urgente a abordar la obesidad como un desafío de salud pública, la Dra. Alvarado destacó que más de un billón de personas en el mundo padecen esta condición, y se estima que esta cifra podría alcanzar los 1.5 billones para el año 2035. La especialista advirtió que es esencial promover cambios en las políticas públicas para combatir esta epidemia global. “Es necesario regular los alimentos procesados, crear entornos seguros para la actividad física y modificar el ambiente social que favorece la obesidad”, afirmó.
Obesidad infantil: Un desafío endocrinológico
Por su parte, la Dra. Sheila Pérez Colón, endocrinóloga pediátrica, aborda una de las formas más alarmantes de la obesidad: la obesidad infantil. Según la Dra. Pérez Colón, las causas de esta condición son múltiples y se agrupan en tres grandes categorías: genéticas, socioeconómicas y hormonales. “Si uno o ambos padres padecen sobrepeso u obesidad, el riesgo de que sus hijos también la desarrollen aumenta significativamente”, explica.
Además de los factores genéticos, la endocrinóloga destaca la importancia de los hábitos de vida, como el consumo de alimentos ultraprocesados y la falta de ejercicio. La obesidad infantil no solo afecta el peso, sino también el crecimiento, provocando problemas como la pubertad precoz en las niñas. En algunos casos, intervenciones médicas, como tratamientos farmacológicos o cirugía bariátrica, son necesarias para los adolescentes con obesidad severa.
Complicaciones más allá del peso
La Dra. Paola Mansilla Letellier, endocrinóloga, refuerza la idea de que la obesidad no es solo un problema estético, sino una enfermedad compleja que conlleva graves complicaciones. “La obesidad se asocia con diabetes, hipertensión, hígado graso e incluso ciertos tipos de cáncer”, destacó la Dra. Mansilla, advirtiendo que estas complicaciones pueden afectar tanto a adultos como a niños.
En su enfoque sobre el tratamiento, la Dra. Mansilla insiste en la importancia de un tratamiento personalizado que aborde no solo la obesidad, sino las comorbilidades asociadas. “No se trata solo de aplicar medicamentos, sino de enseñar al paciente cómo manejar la condición de manera integral”, afirmó.
Obesidad y su impacto en las mujeres
La Dra. Viviana Sánchez, endocrinóloga especializada en menopausia, profundizó en cómo la obesidad afecta particularmente a las mujeres durante la perimenopausia y la menopausia. Según la Dra. Sánchez, los cambios hormonales asociados con esta etapa de la vida pueden contribuir al aumento de peso y a la acumulación de grasa visceral, que aumenta el riesgo de enfermedades como la resistencia a la insulina y las enfermedades cardiometabólicas.
A pesar de que la terapia hormonal no está indicada para la pérdida de peso, la Dra. Sánchez indicó que puede mejorar la calidad de vida y ayudar a las pacientes a hacer los cambios necesarios en su estilo de vida para manejar la obesidad de manera más efectiva.
Prevención y educación: claves para combatir la epidemia
Lilyana Figueroa, licenciada en nutrición y dietética, reafirmó que la prevención de la obesidad no solo mejora la calidad de vida individual, sino que también reduce la carga económica en los sistemas de salud. La experta señala que los hábitos alimenticios poco saludables y el sedentarismo, exacerbados por la tecnología y el trabajo de oficina, son factores cruciales en el aumento de esta enfermedad.
La nutricionista explica sobre la necesidad de un enfoque integral en la prevención, que incluya desde la educación sobre hábitos alimenticios saludables hasta el desarrollo de políticas públicas que regulen la industria alimentaria. Además, aboga por la creación de espacios accesibles para la actividad física y el fomento de un ambiente que facilite decisiones saludables en la vida cotidiana.
Un desafío que requiere acción colectiva
El Día Mundial de la Obesidad nos recuerda que la lucha contra esta condición no puede limitarse a esfuerzos individuales. Es fundamental un enfoque colectivo que combine educación, cambios en el entorno y políticas públicas eficaces. La obesidad es un problema complejo que requiere una respuesta integral, que no solo se enfoque en la responsabilidad personal, sino en crear un entorno que facilite decisiones saludables y brinde acceso a opciones nutritivas y actividades físicas.
La lucha sigue, pero con el esfuerzo conjunto de profesionales de la salud, gobiernos, escuelas y comunidades, es posible combatir esta epidemia de manera efectiva.