Con la llegada del verano, el aumento en actividades recreativas y la posibilidad de viajes, el Dr. Wilfredo Gutiérrez, presidente electo del Colegio de Médicos Emergenciólogos de Puerto Rico, urgió a las familias a tomar medidas concretas para proteger a los niños.
Este año, además de las precauciones habituales, el llamado incluye reforzar la vacunación infantil ante el repunte global de enfermedades como el sarampión y estar alertas ante una preocupante realidad: la crisis en la atención pediátrica especializada en la Isla.
“Nos preocupa el repunte del sarampión. Muchos padres no están conscientes de que se están reportando casos en varios estados de EE. UU. y que esa enfermedad puede llegar a Puerto Rico. Basta con que un niño no vacunado esté expuesto en un avión o en un aeropuerto para que haya un brote local”, advirtió el Dr. Gutiérrez. Subrayó que el sarampión no es un catarrito inofensivo: puede causar neumonía, inflamación cerebral e incluso la muerte.
“Los aeropuertos, aviones y lugares turísticos pueden ser focos de exposición a virus como el sarampión. Es crucial cumplir con los itinerarios de vacunación del CDC: la primera dosis de la vacuna MMR se administra entre los 12 y 15 meses, y la segunda entre los 4 y 6 años”, explicó.
Además, enfatizó el riesgo que representan piscinas y cuerpos de agua, sobre todo cuando no hay supervisión adecuada. “El llamado es a estar atentos y a no minimizar las preocupaciones”, dijo.
Agregó que “las salas de emergencia pueden atender el caso agudo, pero si el niño necesita cuidados intensivos, nos enfrentamos a otro problema: no hay suficientes pediatras, ni camas, ni especialistas. El sistema está colapsado y eso pone a los menores en una posición de mucha vulnerabilidad”, expresó el médico con tono serio.
El fenómeno del boarding, en el que niños permanecen horas o días en salas de emergencia por falta de espacio en unidades pediátricas, se ha vuelto cada vez más frecuente. A esto se suma el éxodo de profesionales de la salud, el cierre de unidades pediátricas y la falta de inversión sostenida en el sistema de salud infantil.
“El verano siempre es un reto porque aumentan los accidentes en el hogar, en la playa, en la carretera. Pero este año la situación es aún más delicada. Si un niño sufre una caída grave o una intoxicación y necesita ser trasladado, puede que no encontremos dónde llevarlo. Eso es inaceptable”, recalcó Gutiérrez.
A pesar del panorama, el presidente electo del Colegio de Emergenciólogos reiteró que las salas de emergencia están disponibles y que nunca debe subestimarse una señal de alerta. “Los padres conocen a sus hijos. Si sienten que algo está mal, no lo duden. Es mejor venir y que no sea nada, a quedarse en casa y lamentarlo después. Nosotros estamos aquí para ayudar”.
Finalmente, hizo un llamado al país: “La población pediátrica necesita visibilidad y acción. No podemos seguir como si esto no estuviera pasando. Nuestros niños merecen algo mejor”.