Endometriosis: ¿Puede la modulación de la microbiota mejorar los resultados posquirúrgicos?

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La endometriosis es una enfermedad crónica que afecta a una parte considerable de las mujeres en edad reproductiva. Imagen de archivo.

La endometriosis es una enfermedad crónica que afecta a una parte considerable de las mujeres en edad reproductiva, con tasas que alcanzan entre el 10 % y el 15 % de la población femenina en países como Italia. Esta afección, caracterizada por la presencia de tejido endometrial fuera del útero, puede causar dolor intenso, infertilidad y otros síntomas debilitantes.

Aunque el tratamiento quirúrgico puede aliviar algunos de los síntomas, muchas mujeres continúan experimentando dolor postoperatorio, lo que subraya la necesidad de enfoques terapéuticos más efectivos.

Recientemente, la microbiota, es decir, la comunidad de microorganismos que habita en el cuerpo humano, ha emergido como una posible diana terapéutica para la endometriosis. Diversos estudios preclínicos han sugerido que la modulación de la microbiota podría influir en la progresión de la enfermedad y en la respuesta al tratamiento.

Después de ver estos hallazgos, un grupo de investigadores estadounidenses decidieron evaluar si el tratamiento con metronidazol, un antibiótico con propiedades antiinflamatorias, podría mejorar los resultados en pacientes sometidas a cirugía de preservación de la fertilidad.

El ensayo clínico, cuyos resultados fueron publicados en la revista American Journal of Obstetrics and Gynecology, incluyó a 88 mujeres de entre 18 y 50 años, quienes fueron aleatorizadas para recibir metronidazol o un placebo durante 14 días tras la cirugía. A pesar de las expectativas basadas en estudios con modelos animales, los resultados en humanos fueron desalentadores.

A las seis semanas de la intervención, no se observaron diferencias significativas en la persistencia del dolor, ni en la calidad de vida o la salud sexual entre las mujeres tratadas con el antibiótico y aquellas que recibieron el placebo.

Resultados y futuras direcciones

Los autores del estudio especulan que la falta de mejora podría deberse a la persistencia de microorganismos no sensibles al metronidazol. Esta observación sugiere que la modulación de la microbiota sigue siendo una estrategia prometedora, aunque requerirá enfoques más refinados, como el uso de otros agentes antimicrobianos, combinaciones de tratamientos o incluso la administración de probióticos.

Pese a esto, la endometriosis continúa siendo un campo en el que se invierte poco, a pesar de su alta prevalencia y el impacto significativo que tiene en la calidad de vida de las pacientes. Actualmente, el único tratamiento no quirúrgico disponible son las terapias hormonales, que no solo son ineficaces en un 30% de los casos, sino que también interfieren con la planificación familiar y pueden tener efectos secundarios significativos.

«La endometriosis está infrafinanciada e insuficientemente investigada en comparación con las afecciones dominadas por los hombres», destacan los autores del estudio. Esta realidad muestra la necesidad urgente de una mayor inversión en investigación científica básica y clínica, con un enfoque multiómico y centrado en las experiencias y necesidades de las pacientes.

Aunque los resultados del estudio sobre el uso de metronidazol postoperatorio no fueron los esperados, la investigación abre la puerta a futuras exploraciones sobre el papel de la microbiota en la endometriosis.

La persistencia de síntomas tras la cirugía y la limitada eficacia de las terapias actuales refuerzan la importancia de continuar investigando este enfoque, con la esperanza de desarrollar tratamientos más efectivos para una enfermedad que afecta a millones de mujeres en todo el mundo.

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